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Qué necesitas:
Pan de oro. Se suele vender en librillos de 25 hojas de 22 quilates y 80 x 80 mm
Cola para pegar oro
Una brocha para aplicar la cola
Una brocha de pelo de ardilla roja

Si quieres competir con los jeques árabes en brillo y esplendor, empieza protegiendo y recubriendo la funda de tu iPhone (1 y 2). Aplica sobre el objeto una cola específica para estos fines. También necesitarás oro en láminas. Como elaborarlo en casa es muy complicado, lo mejor es que adquieras un librillo de pan de oro. Contiene una serie de láminas finísimas, casi volátiles.
Ahora empieza el trabajo fino. Lleva la lámina de oro hacia la funda del iPhone, deposítala y aplícala con esmero (3). No es difícil; solo debes tener la precaución de no utilizar los dedos para esta tarea, porque el oro se quedaría atrapado en ellos y se rompería. No te preocupes por las uniones: las láminas son tan finas que se integra una parte con otra al aplicarlo (4).
El oro es un material muy maleable. Al trabajar con películas de unos 0,006 mm de espesor, se puede utilizar para recubrir casi de todo. Ahí está la iconografía gótica para demostrarlo. También la durabilidad es otra de sus cualidades, porque no reacciona con casi ningún otro elemento. De ahí que ni se altere, ni se oxide, ni se degrade. Se han encontrado objetos panelados en oro con 5.000 años de antigüedad. ¿Quién te dice que la funda de tu iPhone no termina como material de un museo intergaláctico?.

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Redacción QUO