Qué necesitas:
Un quitagrapas
Un cuaderno de anillas
Una cuchara de plástico adhesivo
Un balín (vale arroz, papel arrugado, goma…)

Coge un quitagrapas y pégalo sobre una carpeta de anillas (1). Adhiérele con silicona una cucharilla de plástico (2 y 3). Basta con que pongas un clip, una pelotilla, un trozo del bocata, etc. –proyectil a elegir–, en la parte cóncava de esta lanzadera doméstica, que presiones hacia abajo y sueltes para que tu balín salga disparado hacia ese compañero de trabajo al que se la tienes jurada (4). El proyectil sigue una trayectoria parabólica que depende de la velocidad de salida y el ángulo de la catapulta. La mayor eficacia se logra a 45º. La catapulta fue la primera máquina militar de la historia. Dionisio de Siracusa en el siglo IV a. C. diseñó algunos modelos que fueron mejorándose con los griegos y romanos, y alcanzaron un alto grado de perfección en la Edad Media.

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Redacción QUO