A lo largo de un skate, tumba una botella de Coca-Cola de dos litros y adhiérela con cinta americana (1). Hazlo de manera que el gollete quede fuera del skate, porque actuará como escape propulsor. Con la ayuda de un folio enrollado para que actúe de embudo (2), añádele al líquido un paquete de Mentos sabor menta. Coloca rápidamente el skate sobre el suelo, porque en menos de un segundo… ¡oooooooooooopppssss! Tu monopatín saldrá propulsado como un cohete espacial (3). Haz este experimento en un aparcamiento o en sitio libre de obstáculos y, ojo, atención a los límites de velocidad.

Todas las bebidas gaseosas contienen dióxido de carbono comprimido. Cuando se abre la botella, sus moléculas se expanden y salen expulsadas a la superficie. Pero también hay otra forma de que el gas se libere, y es posándose en forma de burbujas alrededor de los objetos que se introduzcan en ese líquido, como un hielo o una pajita. Los caramelos Mentos de menta tienen la particularidad de que su superficie está formada por microscópicas irregularidades que favorecen la formación y el adosamiento de burbujas que, con la Coca-Cola abierta, se liberan en forma de chorro propulsor.

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Redacción QUO