Una de cada 500 personas viene al mundo con un dedo adicional. Se trata de un trastorno genético denominado polidactilia que puede afectar a una o dos extremidades (manos o pies). Generalmente se amputa poco después de nacer por considerarse inútil. Sin embargo, tener un dedo de más podría empezar a considerarse un agasajo de la naturaleza después de una investigación británica que muestra cómo con seis dedos se pueden realizar con una sola mano tareas para las que habitualmente usamos las dos, como atarse el cordón de los zapatos.

Como señala el bioingeniero Etienne Burdet, del Imperial College London, «los seis dedos de las manos y de los pies son vistos tradicionalmente como un defecto de nacimiento; por eso nadie se había propuesto estudiar cuán útiles podrían ser realmente». Cada dígito tiene su propia estructura ósea, tendones y musculatura. Por eso mismo, su eliminación no es un procedimiento simple.

Los investigadores exploraron los casos de una madre de 52 años y su hijo de 17, ambos con un apéndice, entre el pulgar y el índice, bien formado y completamente desarrollado. Antes de llegar a su destreza, los investigadores se interesaron por descubrir si tiene movimiento autónomo gracias a sus músculos y nervios o, por el contrario, es accionado por los músculos del resto de los dedos. También quisieron saber si es capaz de acompañar a los demás en sus movimientos o se mueve independientemente de lo que hagan los otros.

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Albert-Ludwigs-Universität Freiburg

Los resultados, publicados en Nature Communications, concluyen que este sexto dedo puede ampliar significativamente las habilidades de manipulación gracias a áreas específicas en el cerebro. Muestran, además, que son movidos por sus propios músculos e independientemente de manera similar a un pulgar adicional, lo que hace que su movimiento sea extraordinariamente versátil y hábil. Lo importante para los investigadores es que sus hallazgos pueden servir como modelo para el desarrollo de robots y extremidades artificiales para aumentar las habilidades motoras de las personas. Piensan, por ejemplo, cómo ayudaría a trabajar en un entorno excesivamente estrecho o en algunas operaciones de cirugía sin necesidad de asistente.

Marian Benito