Los investigadores del MIT han realizado el primer análisis del consumo de energía de Bitcoin basado en datos empíricos. Descubrieron que las emisiones de carbono de la criptomoneda se corresponden con las de Kansas City, de casi medio millón de habitantes o a las de un país pequeño.

El Bitcoin y otras criptomonedas dependen de la tecnología blockchain, que permite una red segura sin depender de un tercero. Los llamados «mineros» de Bitcoin garantizan un sistema sin fraudes al validar cada uno de ellos las nuevas transacciones estando siempre online. Los mineros resuelven acertijos numéricos, un proceso que requiere enormes cantidades de poder computacional. A cambio, los mineros reciben dinero de Bitcoin.

«Este proceso produce un inmenso consumo de energía, lo que se traduce en una importante huella de carbono», dice Christian Stoll, investigador del Centro de Mercados Energéticos de la Universidad Técnica de Munich, Alemania, y el Centro de Investigación de Políticas Energéticas y Ambientales del MIT.

Carbon footprints

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Los científicos cada vez están más preocupados por la minería de Bitcoin, ya que la potencia de cómputo requerida para resolver un enigma de Bitcoin se ha multiplicado por cuatro en un solo año y cada vez será mayor.

«Nuestro modelo refleja cómo interactúan la potencia de cómputo conectada y la dificultad de los rompecabezas de búsqueda de Bitcoin proporcionando una alta precisión de estimación de consumo de energía», dice Stoll.

Utilizando este modelo, Stoll y su equipo estimaron el consumo anual de energía de Bitcoin en 45,8 teravatios hora. Esto les permitió calcular un rango anual de emisiones de carbono entre 22.0 y 22.9 megatones de CO2. Sin embargo, los investigadores estiman que el consumo de energía se duplicaría si incluyeran todas las demás criptomonedas existentes.

«No cuestionamos los aumentos de eficiencia que la tecnología blockchain podría proporcionar», dice Stoll, «sin embargo, el debate actual se centra en los beneficios anticipados, y se debe prestar más atención a los costos».

El dinero del futuro podría estar hipotecándolo sin saberlo. Sin duda, debe considerarse la criptomoneda en los esfuerzos de mitigación del cambio climático.

Esther Sánchez