La llegada del primer televisor enrollable, el LG SIGNATURE OLED TV R y del primer smartphone plegable, el FlexiPai, nos ha puesto los dientes largos de cara al Mobile World Congress (MWC) y los próximos smartphones que llegarán en breve, la mayoría de ellos con pantallas OLED (LEDS orgánicos). Y es que la mayoría de los productos electrónicos de uso diario se basan en semiconductores inorgánicos, como el silicio.

En la producción de estos semiconductores, se utiliza el dopaje, un proceso en el que se agregan, de modo intencional, impurezas con el fin de cambiar sus propiedades eléctricas.

Por su parte, para los semiconductores orgánicos, aquello basados ​​en carbono, este proceso de dopaje es también de gran importancia. Desde el descubrimiento de plásticos y polímeros conductores de electricidad, un avance que mereció el Premio Nobel de Química en el año 2000, la investigación y el desarrollo de la electrónica orgánica se ha acelerado rápidamente. Y aunque las pantallas OLED son habituales en la última generación de teléfonos inteligentes, otras aplicaciones aún no se han podido desarrollar, debido en parte al hecho de que los semiconductores orgánicos hasta ahora no han sido lo suficientemente eficientes.

El dopaje en semiconductores orgánicos funciona a través de lo que se conoce como reacción redox. Esto significa que una molécula dopante recibe un electrón del semiconductor, lo que aumenta la conductividad eléctrica. Mientras más moléculas dopantes puedan reaccionar con el semiconductor, mayor será la conductividad, al menos hasta cierto límite, después de lo cual la conductividad disminuye. Actualmente, el límite de eficiencia de los semiconductores orgánicos dopados es uno a uno: las moléculas dopantes solo podían intercambiar un electrón cada una.

Ahora, investigadores de la Universidad de Tecnología de Chalmers, Suecia, han descubierto un nuevo y sencillo ajuste que podría duplicar la eficiencia de la electrónica orgánica.

En un artículo en Nature Materials, un equipo liderado por Christian Müller demuestran que es posible mover dos electrones por cada molécula dopante.

El descubrimiento permitiría nuevas mejoras en las tecnologías actuales que llevarían los OLED a nuevos dispositivos.

Juan Scaliter