Una de las grandes noticias del CES 2019, el evento tecnológico del año, fue la presentación del primer OLED TV enrollable del mundo. Se trata del LG SIGNATURE OLED TV R, con una pantalla de 65 pulgadas. Para llegar a esta instancia, LG invirtió unos 900 millones de euros en su fábrica Gen-4.5.

Todo el sistema funciona a partir de una base que enrolla y extiende la pantalla. El televisor tiene tres opciones físicas. La primera es vista completa, cuando toda la pantalla está extendida. La segunda es vista en línea o parcial. Permite realizar tareas para las que no se necesita la pantalla completa, como consultar el reloj o el tiempo, gestionar el fondo y el tono para crear una atmósfera más relajante, ver fotos compartidas desde un smartphone, o consultar cualquiera de las funcionalidades de Barra de Inicio. Y finalmente la opción. Aquí el televisor está por competo dentro de la base, pero los usuarios pueden disfrutar de música o de otros contenidos de audio con máxima calidad, gracias al sistema Dolby Atmos de 100W.

El LG SIGNATURE OLED TV R incorpora Inteligencia Artificial y un potente algoritmo de deep learning que facilitan la comunicación con asistentes de voz como Alexa, para controlar todas las características sin utilizar un mando físico.

Pero…¿cómo logran que se enrolle? Empecemos por el principio. Un LED (diodos emisores de luz) son las pequeñas luces indicadoras que se ven en la mayoría de los paneles de instrumentos electrónicos. Son mucho más pequeños, más eficientes energéticamente y más confiables que las viejas lámparas incandescentes. En lugar de producir luz calentando un filamento hasta que se ilumine en blanco (como es el funcionamiento de una lámpara normal), emiten luz cuando los electrones atraviesan los materiales sólidos con los que están hechos. Mientras tanto, un OLED es simplemente un LED donde la luz es producida («emitida») por moléculas orgánicas, es decir aquellas basadas en átomos de carbono, como el azúcar, la gasolina, el alcohol, la madera y los plásticos. Hay dos tipos diferentes de OLED: los tradicionales utilizan pequeñas moléculas orgánicas depositadas en vidrio para producir luz. Los de segunda generación se “imprimen” sobre plásticos. Estos últimos se denominan polímeros emisores de luz (LEP) o, a veces, polímeros LED. Al estar impresos en plástico (a menudo usando una versión modificada y de alta precisión de una impresora de inyección de tinta) en lugar de sobre un vidrio, son más delgados y más flexibles.

La primera gama de dispositivos que utilizaron pantallas OLED flexibles no eran realmente flexibles desde la perspectiva del usuario. El fabricante doblaba las pantallas o las curvaba, pero el usuario final no podía hacerlo.

Los dispositivos OLED flexibles de segunda generación, en cambio, pueden ser flexibles para el usuario final. Y esto es lo que ocurre con el nuevo televisor de LG.

El funcionamiento puede verse en este vídeo de su presentación, a partir del minuto 35.

Juan Scaliter