De acuerdo con un reciente estudio publicado en Nature Climate Change, si las criptomonedas como Bitcoin, se implementan a velocidades similares a las que se han incorporado otras tecnologías, podría producir suficientes emisiones para elevar las temperaturas globales en 2 °C en una fecha tan cercana como 2033.

“Bitcoin es una criptomoneda con grandes requisitos de hardware, y esto obviamente se traduce en grandes demandas de electricidad”, explica Randi Rollins, líder del estudio, en un comunicado.

Las criptomonedas son una forma de dinero que se “emite” digitalmente a través del cifrado y requieren grandes cantidades de electricidad. Las operaciones realizadas con Bitcoin crean transacciones que son registradas y procesadas por un grupo de personas, denominadas mineros. Esto ha creado considerables dificultades y una extensa discusión sobre dónde colocar las instalaciones que llevan a cabo todas esta transacciones, pero un aspecto que rara vez se discute es el impacto ambiental de producir toda esa electricidad.

El equipo liderado por Rollins analizó información vinculada a la eficiencia energética de los ordenadores usados en la minería de criptomonedas, la ubicación geográfica de los mineros que trabajan en ello y las emisiones de CO2 provocadas por la electricidad. Según los datos obtenidos, los investigadores estimaron que el uso de bitcoins en el año 2017 emitió 69 millones de toneladas métricas de CO2, lo que equivale a las emisiones de casi 15 millones de vehículos en un año.

El equipo de Rollins también analizó la velocidad a la que fueron adoptadas diferentes tecnologías y crearon escenarios para estimar las emisiones acumuladas de bitcoins en caso de que crezcan a una velocidad similar a la de otras tecnologías.

Incluso en el escenario más lento, las emisiones acumuladas serían suficientes para elevar la temperatura del planeta más de 2 ° C en solo 22 años. Y si la adopción se produce más rápido, los efectos se verán en 16 años.

«Actualmente, las emisiones del transporte, la vivienda y los alimentos se consideran los principales contribuyentes al cambio climático en curso – explica Katie Taladay, coautora del estudio –. Esta investigación señala que las bitcoins deben agregarse a esta lista. No podemos predecir su futuro , pero si se implementa a un ritmo incluso más lento al que se han incorporado otras tecnologías, generará muy malas noticias para el cambio climático».

Juan Scaliter