Recorta la tarjeta adjuntay sitúala a 30 o 40 cm de los ojos. Cierra el ojo derecho y fija el izquierdo en la cruz —a pesar de eso, sigues viendo el círculo—.

Si ahora acercas lentamente la tarjeta, llegará un momento en que el círculo desaparezca: al coincidir con el punto ciego del ojo, es decir, la zona de la retina que no posee fotorreceptores por ser el punto de conexión del globo ocular con el nervio óptico.

Así, en lugar del círculo lo que se aprecia es un fondo continuo, ya que el cerebro suple la falta de información de esa ‘zona oscura’ con elementos sacados del entorno, y completa la imagen.

Redacción QUO