Para qué quieres un televisor grande y plano si la mitad de lo que te gusta lo ves en el PC (y con dolor de cuello)? Sí, podrías conectar el portátil a la tele, pero al final no lo haces nunca; y además, el futuro es mucho más sugerente. La nueva solución se llama smart TV, o televisión inteligente, para los amigos. Muchos nuevos receptores (Samsung y Sony ya empiezan a venderlos) van a venir con un procesador como el de un ordenador, una toma para internet y un software que ordenará todos los contenidos que tienes cuando te sientas en el sofá.

Para que te hagas una idea, cuando enciendas tu televisor te encontrarás con un menú de iconos (widgets) parecido al del móvil, donde están las diversas fuentes de entretenimiento que tienes: la TDT normal, las películas de tu disco duro, tus vídeos caseros y varios contenidos de internet. Así, eliges deprisa qué ver, y da igual de dónde venga. Pero tienes otra gran ventaja: el software puede estudiar tus hábitos de navegación por la red para saber qué vídeos de YouTube o cualquier otra web recomendarte.

También permite socializar un poco online, porque puedes habilitar opciones en las que recomiendas contenidos a otros amigos tuyos (de Facebook o de tu lista de correo) y les aparece una pequeña llamada en pantalla. Además, la tecnología permite que si un presentador se refiere a un disco, te aparezca debajo la tienda donde compararlo, o la página de fans. La idea de smart tv o televisión inteligente ha sido fruto de muchos intentos dispares y fallidos, pero en gran parte es hija de uno de los investigadores “futuristas” de Intel, Brian David Johnson, que escribió el libro Screen future.

Una demostración y explicación

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Redacción QUO