Médicos y  miembros del consejo judío lograron reducir una epidemia de tifus en el gueto de Varsovia ocupado en Polonia, el gueto nazi más grande durante la Segunda Guerra Mundial 

Establecieron medidas de aislamiento social a pesar de la situación que vivían, pidieron máximo autoaislamiento, y crearon una universidad subterránea para formar a estudiantes de medicina.

Estas son las conclusiones de un nuevo estudio publicado en Science Advance. Se trata de un modelo matemático basado en registros históricos. Lewi Stone y sus colegas concluyen que la epidemia se detuvo antes de la llegada del invierno de 1941-1942 debido a las acciones de la comunidad llevadas a cabo en condiciones extremadamente difíciles.

Estas acciones pudieron haber evitado que más de 100.000 residentes enfermaran y decenas de miles de muertes por la enfermedad

La propagación del tifus en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizada por los nazis como un pretexto para el genocidio, extendiendo creencias antisemitas de que los judíos portaban enfermedades. Estos bulos servían para justificar el aislamiento de muchos miles de judíos en los guetos.

En el gueto de Varsovia llegó a haber 450.000 personas hacinadas en un espacio de 3.4 kilómetros cuadrados. Muchos murieron de hambre por las escasas raciones de comida que apenas llegaban a las 200 calorías por día, y sin agua y jabón para mantenerse limpio. El gueto de Varsovia inevitablemente fue la incubadora perfecta para la bacteria del tifus, que es propagado por piojos. Para determinar si la epidemia remitió de forma naturalo se extinguió por medidas humanas, Stone y sus colegas han utilizado modelos matemáticos para rastrear su progresión y detención repentina. Han registrado el descenso en el número de tarjetas de racionamiento de alimentos para inferir muertes mensuales.

Sin las medidas adoptadas, el brote habría infectado de dos a tres veces más personas

Si bien las epidemias suelen colapsar cuando quedan muy pocas personas susceptibles en una población, los investigadores descubrieron que el colapso comenzó a fines de octubre de 1941, después de que menos del 10% de la población hubiera sido infectada. Al modelar cómo habría progresado la epidemia si la comunidad no hubiera emprendido actividades para prevenir su propagación, descubrieron que el brote habría alcanzado su punto máximo en enero, infectando de dos a tres veces más personas.

 «Lo que sucedió en el gueto de Varsovia es un microcosmos de COVID-19 , o más bien como un universo paralelo, al menos en términos de contagio y sus resultados», dice Stone en una sesión de preguntas y respuestas . «Los métodos que los expertos han perfeccionado a lo largo de siglos para lidiar contra las pandemias son nuestra mejor defensa».