Cuando mi hija tenía 5 años lo tenía claro. Si estábamos en un sitio público, nunca me gritaba Papá, me llamaba Juan. Su razonamiento era lógico: “si te llamo papá, se pueden girar muchos, pero con Juan, serán muchos menos”.

¿Por qué todos los niños y niñas nos llaman papá o mamá? Los primeros sonidos que hacen los bebés son los que involucran los labios y pueden imitarse fácilmente: m, b y p . Estos sonidos son seguidos rápidamente por otros como t y d. A medida que los bebés practican estos sonidos (los más simples para ellos) y vean nuestra reacción, decidan imitarlos. Tanto para padres y madres, como para los bebés, la sonrisa es un potente estimulante, esto hace que repitan la expresión, ya sea “mamamamama” o «papapapa» y entonces nace el famoso Mamá y Papá, como expresión.

Pero entonces llega la segunda parte de la pregunta, ¿por qué en casi todo el mundo la forma de llamar a mamá y papá es similar?

Mientras perro en francés es chien, en holandés hond, en polaco pies y en húngaro kutya… Cuando decimos madre o mamá en francés, hablamos de maman, en holandés moer, en inglés mom, en sueco mamma (igual que en húngaro, quechua, maorí o swahili)… Hasta en chino mandarín (o māma) o en hindi (maan) el sonido es muy similar.

De acuerdo con el antropólogo George Peter Murdock hay al menos 1.072 palabras referidas a papá y mamá que suenan de modo similar en muchos idiomas.

Más específicamente 531 para madre y 541 para padre.

Así que, como siempre ocurre, la culpa la tenemos los padres: si no hubiéramos sonreído cuando nos decían mamá y papá, seguramente se hubieran aprendido nuestro nombre.