¿De verdad ayudan los libros de autoayuda?

¿De verdad ayudan los libros de autoayuda?

No se sabe de nadie que haya conseguido atraer con solo pegar su hocico a un imán cualquier cosa que desee con el poder de su pensamiento. Y eso que es la única idea que encontramos en las más de 200 páginas de El secreto, el libro que escribió Rhonda Byrne en 2006. Tampoco existe constancia de que nadie haya superado un cáncer con la fuerza del amor o con la voluntad, como propugnó en Usted puede sanar su vida Louise L. Hay, la representante más famosa de un escuadrón de autores y místicos de la Nueva Era que aseguran que la mente es la causante de la enfermedad.

El éxito de los gurús está en las grandes dosis de inseguridad y ansiedad que padece el ser humano. Es un negocio que se sirve de las situaciones límite.

“El primero es un libro de magia que ha conseguido convencer a millones de personas de que la ley de la atracción es la ley más poderosa de la naturaleza, la que hace que, si visualizas el dinero, este acabe llegando a ti, incluso en forma de cheques que encontrarás en el buzón de tu casa”, señala el psicólogo canario Eparquio Delgado, autor de autor de Los libros de autoayuda, ¡vaya timo! y de frases como“Donde ayer un cura te decía que rezaras, hoy un autor de autoayuda te pone a meditar”. En cuanto a Louise L. Hay, esta es su opinión:“La idea de que los pensamientos son la causa de la enfermedad no tiene fundamento y además sostiene una visión individualista, donde las emociones tienen más peso que el propio comportamiento y otras circunstancias externas”.

En continua efervescencia

A pesar de ello, El secreto se ha convertido en una de las biblias del pensamiento positivo y Usted puede sanar su vida alcanza ya los 50 millones de copias vendidas. Según Psychology Today, solo en EE. UU. las ganancias editoriales de esta rama rondan los 2.500 millones de dólares al año (datos de 2017), cifra que aumenta un 2,5 % cada año desde 1972. Napoleon Hill, con Piense y hágase rico, puede haber vendido 70 millones de copias. Norman Vincent Peale, con El poder del pensamiento tenaz, 20 millones. Paulo Coelho, con ‘El alquimista’, 65 millones. Y Rhonda Byrne, con ‘El secreto’, 19 millones. Quien busque en librerías online puede encontrar unos 417.000 libros de crecimiento personal. Muchos títulos, pero un mismo fundamento: “Si quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo”.

La mayoría de los títulos del ramo tratan de aumentar la percepción de control sobre una situación que nos provoca malestar, haciéndonos creer que todo se resuelve con actitud o elevando la conciencia.

¿Cómo se justifica este éxito creciente? El psicólogo Carlos Sanz Andrea tiene una idea clara: “El reclamo es imperecedero, funciona y funcionará porque promete soluciones fáciles y cómodas para problemas que, por lo general, son complejos y requieren esfuerzo. Su nicho de mercado se dirige a cubrir el deseo humano universal de encontrar respuestas absolutas, una tendencia que viene favorecida por la cultura de la inmediatez y por nuestro propio funcionamiento cerebral. Tendemos a construir explicaciones generales y rápidas, de las que podamos valernos para seguir adelante, ahorrar procesamiento y garantizar nuestra supervivencia”. Es un fenómeno al que nadie es inmune. “Cualquiera cae en la tentación de adquirir ese libro a 19.99 € o recurrir a ese gurú que promete una mejora espectacular”, advierte el psicólogo.

El camelo de lo cercano

Alice Schroeder, biógrafa de Warren Buffett, confiesa que el único diploma que cuelga en el despacho del magnate es el de un curso al que asistió impartido por Dale Carnegie para superar el miedo a hablar en público.

Juan Carlos Siurana, profesor de Filosofía Moral de la Universidad de Valencia y autor de Felicidad a golpe de autoayuda, añade algo más: “El autor intenta establecer una relación de amistad con la persona que lee su libro, hablándole en segunda persona y con un lenguaje sencillo. Cuenta anécdotas, promete un cambio espectacular y muestra los poderes que puedes conseguir o las necesidades que puedes cubrir”. A nuestro cerebro narrativo le gusta que le cuenten historias porque retiene mejor el mensaje.

“Estos autores –comenta– son especialistas en contar historias, a menudo sobre personajes famosos o ricos, pero también de su propia vida, para ponerse como ejemplo de todo lo que la persona que está leyendo el libro puede lograr. El objetivo es conectar emocionalmente con sus lectores. Hacerles sentir”. Los libros académicos, en cambio, suelen estar escritos con un lenguaje muy técnico, plano y poco emotivo. Este es al menos el sentir general de todos los profesionales consultados.
Siurana no pasa por alto la promoción en los medios de comunicación, sobre todo en televisión. “En EE. UU., un autor de autoayuda entrevistado y recomendado por la influyente Oprah Winfrey se convierte en best seller de inmediato”. Es el caso del libro de Eckhart Tolle, El poder del ahora, publicado en 1999. Ha vendido más de tres millones de ejemplares y se ha traducido, al menos, a diecisiete idiomas. El libro denuncia el error de vivir con la esperanza puesta en un futuro maravilloso o con remordimiento de conciencia por los errores del pasado, olvidando que la vida se vive ahora y que es ahora cuando debemos atender a lo que nos rodea y aprender a vivir. El hecho de que este mensaje perdure se debe seguramente a que tiene los ingredientes mencionados, pero también a la promoción: no hay más que ver la abundancia de vídeos en internet de Tolle entrevistado por Winfrey.

Por otra parte, estos gurús suelen ser tipos muy carismáticos que proyectan una inquebrantable convicción y confianza en una idea. En su ensayo Por qué es tan malo Paulo Coelho, el escritor colombiano Héctor Abad es tajante: “Coelho disfraza de misterio y asombro las puras tonterías”. David Viñas, profesor de Literatura de la Universidad de Barcelona y autor de La erótica de la autoayuda, da un paso más y alerta de los mecanismos ideológicos que imperan detrás de la retórica de estos autores y que ejercen un gran poder de seducción. “Su material es tan repetitivo que ya se ha automatizado”. El estudio titulado Sobre la recepción y detección de tonterías pseudoprofundas, dirigido por el psicólogo Gordon Pennycook en la Universidad de Waterloo, detectó que las personas propensas a consumir este material y creer en el poder curativo de la mente tienen alguna carencia intelectual, menor fluidez verbal y tendencia a la idea conspirativa. La mera presencia de palabras con un significado abstracto, como ‘belleza’ o ‘manifestación’, basta para que perciban la frase como profunda y valiosa. La vacuna contra la tontería, concluye Pennycook, es una sana dosis de escepticismo.

A estas alturas, más que preguntarnos si la autoayuda funciona, habría que analizar si su exceso conlleva a algún peligro. Para empezar, te hacen entender, según Viñas, que las riendas las llevas tú. “Esto indica que la responsabilidad de lo que te pase al final es siempre tuya: ¡menuda carga! Así funciona esta lógica perversa que fija como objetivo último la felicidad individual”.

La maquinaria es cruel

Realmente, es un fenómeno perfecto de retroalimentación del mercado. La falta de esa felicidad que no consigue hallar el lector en la autoayuda multiplica sus problemas y, en la recaída, vuelve a la estantería en busca de una promesa mejor. El consejo de Viñas es desarrollar una visión más crítica. “Si nos fijáramos en la forma de actuar de la gente que dice que puede ayudarnos, veríamos que hay muchos cantamañanas”.

Un ensayo publicado en la revista Psychological Science por la psicóloga Joanne Wood concluye que frases como “tú puedes” no hacen más que generar el efecto contrario, ya que debilitan el estado de ánimo y aumentan la percepción negativa de uno mismo. Pero hay algo aún más perturbador, según Delgado: “Insinuar a la gente que pasa dificultades que todo está en su cabeza y solo debe cambiar de actitud. ‘¿Tienes cáncer? Muéstrate agradecido. Supone una oportunidad para mejorar tu bienestar y ayudar a los demás’”.

Vincular pensamiento negativo y curación del cáncer, además de falaz, considera que es perverso. Lo cuenta también la periodista norteamericana Barbara Ehrenreich en Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo. Con 59 años le diagnosticaron un cáncer de pecho, lo que le causó un estado de desazón e incertidumbre que chocaba con esa avalancha de lazos y ositos rosas que encontró a su alrededor. Su enfado y el miedo que ella sentía por la enfermedad no cuadraban con los mensajes de lo que Delgado llama ‘buenrrollismo’. El colmo de su paciencia llegó cuando le aconsejaron tomar el cáncer como un regalo y cambiar de actitud. Entonces comenzó a escribir.

Su relato es similar al de la escritora María Hernández Martí, cuya ironía queda patente en la solapa de su libro Que no, que no me muero: “En los últimos años he tenido muchísimas oportunidades para desplegar una paciencia maravillosa, zen, elegantísima, de esa que te ilumina de inteligencia y te embellece. ¡Cómo las he desaprovechado todas!”. En esta novela gráfica, ilustrada por Javi de Castro, Lupe, la narradora, cuenta cómo, tras serle detectado un cáncer de mama, su entorno
la acribilló con consejos llenos de optimismo.

Enmienda a la totalidad

¿Todas las figuras del género son desechables? “Algunas pierden el rumbo por completo y habría que descartarlas por norma”, responde Sanz Andrea. Los libros que provienen del pensamiento mágico y supersticioso son para él especialmente engañosos, pero no se muestra más indulgente con la autoayuda que promueve un optimismo irracional. “Produce lo que se ha dado en llamar ‘dictadura de la felicidad’, una amputación artificial de nuestra vida mental que nos lleva a un modo de comportamiento en el cual los sentimientos negativos como la tristeza, el aburrimiento o la ira, que pueden ser coherentes, útiles, informativos y legítimos, se sustituyen por una fachada de mantras para acallar el malestar y atraer esos presuntos resultados positivos milagrosos o sincronías beneficiosas, según dicte el libro de turno”.

Sanz Andrea nos habla de dos corrientes que arrasan ahora con efectos muy graves. En primer lugar, aquellos autores vinculados con movimientos coercitivos o sectarios. “Usan el reclamo de la autoayuda o pervierten prácticas legítimas como
el mindfulness para aumentar la captación o anular el sentido crítico de sus víctimas (por ejemplo, Osho y Nueva Acrópolis)”. En segundo lugar, líderes y movimientos que se infiltran para sustituir la atención médica, predicando relaciones ingenuas entre enfermedades físicas y metabólicas y traumas emocionales, que se sanarán con costosísimas terapias inventadas y prescindiendo de tratamientos con evidencia científica.

No hay más que ver cómo ha calado el détox que imponen estos gurús como nuevo mantra que eliminará las toxinas del cuerpo y, de paso, cualquier enfermedad. Hace unos meses murió de cáncer Mari López, una youtuber convencida de que la oración y una dieta vegana estaban curando su enfermedad, incluso al final. Su fe en esta idea superchera llegaba a más de once millones de suscriptores a su canal. El mismo Steve Jobs confió su cáncer de páncreas a terapias alternativas y prefirió el zumo a la cirugía. Cuando se quiso operar, era tarde.

Enfermedades y dietas

“Si jugar con el dinero de la gente es peligroso, aún más lo es jugar con su salud”, alerta Siurana. Le preocupan libros como La enzima prodigiosa, del médico japonés Hiromi Shinya. Ha vendido dos millones de ejemplares en el mundo y en España ha figurado como el más vendido en la categoría de no ficción. “Sus dos subtítulos son exageradamente engañosos. El primero exclama: ¡Una forma de vida sin enfermar! Y el segundo dice que contiene la dieta del futuro, que curará el cáncer, evitará las enfermedades cardíacas, detendrá la diabetes, combatirá la obesidad y prevendrá padecimientos crónicos degenerativos”. El supuesto descubrimiento de Shinya, que no logra demostrar, es la existencia de una enzima madre que se va agotando a causa de la mala alimentación y nos podría ayudar a vencer las enfermedades.

El problema es que insinúa a los enfermos de cáncer que es mejor no someterse a la quimioterapia, pues, según él, se trata de drogas muy peligrosas para las enzimas madre. En una línea similar, encontramos este discurso engañoso en los libros de Odile Fernández, como el titulado Mis recetas anticáncer.

Siurana aconseja especial cuidado con los libros de dietas. “Como la propuesta del nutricionista y dietista francés Pierre Dukan. Su libro La dieta Dukan llega a los diez millones de copias, pero, según el Ministerio de Sanidad, es fraudulenta y potencialmente peligrosa”.

“Enmienda a la totalidad”, corona Eparquio Delgado cuando le pedimos su parecer. Michelle Goodman, escritora y periodista que dedicó bastantes años de su vida a escribir este tipo de libros, ha revelado que todo ese universo no es más que una patraña. Dice que lo tuvo claro desde que vio sobre el escenario al famoso Deepak Chopra. “El sucio secreto de quienes estamos en el negocio de aconsejar a los demás es que terminamos enseñando a otros las lecciones que necesitaríamos aprender nosotros mismos”.

Algunos de los casos más extravagantes ocurren en la India, la nación con más líderes espirituales per cápita. El excéntrico Baba Ramdev, uno de sus maestros de yoga más populares, proclama entre sus fieles austeridad, la vida asceta y el rechazo a todo lo material. Mientras, sus ingresos rondan los 660 millones de dólares anuales gracias a su negocio de productos inspirados en la ayurveda, la medicina tradicional india. Cuenta con 9.500.000 de amigos en Facebook y casi dos millones de seguidores en Twitter. Algunos de sus empleados le tocan los pies en señal de respeto, a pesar de que les hace creer que los productos de la competencia provocan cáncer o que la homosexualidad se “cura” con yoga.

Otro gurú, Ram Rahim, está acusado de delitos sexuales, asesinato y estafa a cientos de seguidores a quienes hizo creer que si se castraban verían a Dios. Y Asaram Bapu fue condenado en abril a cadena perpetua por violar a una menor bajo el pretexto de un exorcismo.

Siurana hace una reflexión final: “No está mal pensar que podemos conseguir aquello que nos proponemos, pero no veo prudente que una persona ponga su vida en manos de un best seller”. El crítico canadiense Will Ferguson lo remata con una frase en su libro Felicidad MR (Marca Registrada): “Si los libros de autoayuda sirvieran, se habría escrito uno solo”.

Deepak Chopra

“Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, tu fuerza interior es invulnerable al miedo”.

Deepak Chopra (Las 7 leyes espirituales del éxito)

Paulo Coelho

“Quien ama esperando una recompensa está perdiendo el tiempo” Paulo Coelho (Aleph).

El escritor imparte sus enseñanzas en Think Big, el programa con el que Fundación Telefónica ayuda a desarrollar habilidades.

Steve Jobs

“Ser el hombre más rico del cementerio no es lo que más me importa. Acostarme cada noche diciendo ‘hemos hecho algo maravilloso’ sí es lo que realmente me preocupa” Steve Jobs, fundador de Apple.

Elsa Punset

“Perdonar no es olvidar: es recordar lo que nos ha herido y dejarlo ir”

Elsa Punset (Una mochila para el universo)

Brené Brown

“No durmamos nuestros miedos, nuestros fracasos, con pastillas
y alcohol. Aceptemos nuestra vulnerabilidad y hagámonos sus amigos”.

Brené Brown (El poder de la vulnerabilidad)

Dalai Lama

“Da a los seres que amas alas para volar, raíces para volver
y razones para quedarse”.

Dalai Lama, líder espiritual.

Redacción QUO

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¿De verdad ayudan los libros de autoayuda?

¿De verdad ayudan los libros de autoayuda?

No se sabe de nadie que haya conseguido atraer con solo pegar su hocico a un imán cualquier cosa que desee con el poder de su pensamiento. Y eso que es la única idea que encontramos en las más de 200 páginas de El secreto, el libro que escribió Rhonda Byrne en 2006. Tampoco existe constancia de que nadie haya superado un cáncer con la fuerza del amor o con la voluntad, como propugnó en Usted puede sanar su vida Louise L. Hay, la representante más famosa de un escuadrón de autores y místicos de la Nueva Era que aseguran que la mente es la causante de la enfermedad.

El éxito de los gurús está en las grandes dosis de inseguridad y ansiedad que padece el ser humano. Es un negocio que se sirve de las situaciones límite.

“El primero es un libro de magia que ha conseguido convencer a millones de personas de que la ley de la atracción es la ley más poderosa de la naturaleza, la que hace que, si visualizas el dinero, este acabe llegando a ti, incluso en forma de cheques que encontrarás en el buzón de tu casa”, señala el psicólogo canario Eparquio Delgado, autor de autor de Los libros de autoayuda, ¡vaya timo! y de frases como“Donde ayer un cura te decía que rezaras, hoy un autor de autoayuda te pone a meditar”. En cuanto a Louise L. Hay, esta es su opinión:“La idea de que los pensamientos son la causa de la enfermedad no tiene fundamento y además sostiene una visión individualista, donde las emociones tienen más peso que el propio comportamiento y otras circunstancias externas”.

En continua efervescencia

A pesar de ello, El secreto se ha convertido en una de las biblias del pensamiento positivo y Usted puede sanar su vida alcanza ya los 50 millones de copias vendidas. Según Psychology Today, solo en EE. UU. las ganancias editoriales de esta rama rondan los 2.500 millones de dólares al año (datos de 2017), cifra que aumenta un 2,5 % cada año desde 1972. Napoleon Hill, con Piense y hágase rico, puede haber vendido 70 millones de copias. Norman Vincent Peale, con El poder del pensamiento tenaz, 20 millones. Paulo Coelho, con ‘El alquimista’, 65 millones. Y Rhonda Byrne, con ‘El secreto’, 19 millones. Quien busque en librerías online puede encontrar unos 417.000 libros de crecimiento personal. Muchos títulos, pero un mismo fundamento: “Si quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo”.

La mayoría de los títulos del ramo tratan de aumentar la percepción de control sobre una situación que nos provoca malestar, haciéndonos creer que todo se resuelve con actitud o elevando la conciencia.

¿Cómo se justifica este éxito creciente? El psicólogo Carlos Sanz Andrea tiene una idea clara: “El reclamo es imperecedero, funciona y funcionará porque promete soluciones fáciles y cómodas para problemas que, por lo general, son complejos y requieren esfuerzo. Su nicho de mercado se dirige a cubrir el deseo humano universal de encontrar respuestas absolutas, una tendencia que viene favorecida por la cultura de la inmediatez y por nuestro propio funcionamiento cerebral. Tendemos a construir explicaciones generales y rápidas, de las que podamos valernos para seguir adelante, ahorrar procesamiento y garantizar nuestra supervivencia”. Es un fenómeno al que nadie es inmune. “Cualquiera cae en la tentación de adquirir ese libro a 19.99 € o recurrir a ese gurú que promete una mejora espectacular”, advierte el psicólogo.

El camelo de lo cercano

Alice Schroeder, biógrafa de Warren Buffett, confiesa que el único diploma que cuelga en el despacho del magnate es el de un curso al que asistió impartido por Dale Carnegie para superar el miedo a hablar en público.

Juan Carlos Siurana, profesor de Filosofía Moral de la Universidad de Valencia y autor de Felicidad a golpe de autoayuda, añade algo más: “El autor intenta establecer una relación de amistad con la persona que lee su libro, hablándole en segunda persona y con un lenguaje sencillo. Cuenta anécdotas, promete un cambio espectacular y muestra los poderes que puedes conseguir o las necesidades que puedes cubrir”. A nuestro cerebro narrativo le gusta que le cuenten historias porque retiene mejor el mensaje.

“Estos autores –comenta– son especialistas en contar historias, a menudo sobre personajes famosos o ricos, pero también de su propia vida, para ponerse como ejemplo de todo lo que la persona que está leyendo el libro puede lograr. El objetivo es conectar emocionalmente con sus lectores. Hacerles sentir”. Los libros académicos, en cambio, suelen estar escritos con un lenguaje muy técnico, plano y poco emotivo. Este es al menos el sentir general de todos los profesionales consultados.
Siurana no pasa por alto la promoción en los medios de comunicación, sobre todo en televisión. “En EE. UU., un autor de autoayuda entrevistado y recomendado por la influyente Oprah Winfrey se convierte en best seller de inmediato”. Es el caso del libro de Eckhart Tolle, El poder del ahora, publicado en 1999. Ha vendido más de tres millones de ejemplares y se ha traducido, al menos, a diecisiete idiomas. El libro denuncia el error de vivir con la esperanza puesta en un futuro maravilloso o con remordimiento de conciencia por los errores del pasado, olvidando que la vida se vive ahora y que es ahora cuando debemos atender a lo que nos rodea y aprender a vivir. El hecho de que este mensaje perdure se debe seguramente a que tiene los ingredientes mencionados, pero también a la promoción: no hay más que ver la abundancia de vídeos en internet de Tolle entrevistado por Winfrey.

Por otra parte, estos gurús suelen ser tipos muy carismáticos que proyectan una inquebrantable convicción y confianza en una idea. En su ensayo Por qué es tan malo Paulo Coelho, el escritor colombiano Héctor Abad es tajante: “Coelho disfraza de misterio y asombro las puras tonterías”. David Viñas, profesor de Literatura de la Universidad de Barcelona y autor de La erótica de la autoayuda, da un paso más y alerta de los mecanismos ideológicos que imperan detrás de la retórica de estos autores y que ejercen un gran poder de seducción. “Su material es tan repetitivo que ya se ha automatizado”. El estudio titulado Sobre la recepción y detección de tonterías pseudoprofundas, dirigido por el psicólogo Gordon Pennycook en la Universidad de Waterloo, detectó que las personas propensas a consumir este material y creer en el poder curativo de la mente tienen alguna carencia intelectual, menor fluidez verbal y tendencia a la idea conspirativa. La mera presencia de palabras con un significado abstracto, como ‘belleza’ o ‘manifestación’, basta para que perciban la frase como profunda y valiosa. La vacuna contra la tontería, concluye Pennycook, es una sana dosis de escepticismo.

A estas alturas, más que preguntarnos si la autoayuda funciona, habría que analizar si su exceso conlleva a algún peligro. Para empezar, te hacen entender, según Viñas, que las riendas las llevas tú. “Esto indica que la responsabilidad de lo que te pase al final es siempre tuya: ¡menuda carga! Así funciona esta lógica perversa que fija como objetivo último la felicidad individual”.

La maquinaria es cruel

Realmente, es un fenómeno perfecto de retroalimentación del mercado. La falta de esa felicidad que no consigue hallar el lector en la autoayuda multiplica sus problemas y, en la recaída, vuelve a la estantería en busca de una promesa mejor. El consejo de Viñas es desarrollar una visión más crítica. “Si nos fijáramos en la forma de actuar de la gente que dice que puede ayudarnos, veríamos que hay muchos cantamañanas”.

Un ensayo publicado en la revista Psychological Science por la psicóloga Joanne Wood concluye que frases como “tú puedes” no hacen más que generar el efecto contrario, ya que debilitan el estado de ánimo y aumentan la percepción negativa de uno mismo. Pero hay algo aún más perturbador, según Delgado: “Insinuar a la gente que pasa dificultades que todo está en su cabeza y solo debe cambiar de actitud. ‘¿Tienes cáncer? Muéstrate agradecido. Supone una oportunidad para mejorar tu bienestar y ayudar a los demás’”.

Vincular pensamiento negativo y curación del cáncer, además de falaz, considera que es perverso. Lo cuenta también la periodista norteamericana Barbara Ehrenreich en Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo. Con 59 años le diagnosticaron un cáncer de pecho, lo que le causó un estado de desazón e incertidumbre que chocaba con esa avalancha de lazos y ositos rosas que encontró a su alrededor. Su enfado y el miedo que ella sentía por la enfermedad no cuadraban con los mensajes de lo que Delgado llama ‘buenrrollismo’. El colmo de su paciencia llegó cuando le aconsejaron tomar el cáncer como un regalo y cambiar de actitud. Entonces comenzó a escribir.

Su relato es similar al de la escritora María Hernández Martí, cuya ironía queda patente en la solapa de su libro Que no, que no me muero: “En los últimos años he tenido muchísimas oportunidades para desplegar una paciencia maravillosa, zen, elegantísima, de esa que te ilumina de inteligencia y te embellece. ¡Cómo las he desaprovechado todas!”. En esta novela gráfica, ilustrada por Javi de Castro, Lupe, la narradora, cuenta cómo, tras serle detectado un cáncer de mama, su entorno
la acribilló con consejos llenos de optimismo.

Enmienda a la totalidad

¿Todas las figuras del género son desechables? “Algunas pierden el rumbo por completo y habría que descartarlas por norma”, responde Sanz Andrea. Los libros que provienen del pensamiento mágico y supersticioso son para él especialmente engañosos, pero no se muestra más indulgente con la autoayuda que promueve un optimismo irracional. “Produce lo que se ha dado en llamar ‘dictadura de la felicidad’, una amputación artificial de nuestra vida mental que nos lleva a un modo de comportamiento en el cual los sentimientos negativos como la tristeza, el aburrimiento o la ira, que pueden ser coherentes, útiles, informativos y legítimos, se sustituyen por una fachada de mantras para acallar el malestar y atraer esos presuntos resultados positivos milagrosos o sincronías beneficiosas, según dicte el libro de turno”.

Sanz Andrea nos habla de dos corrientes que arrasan ahora con efectos muy graves. En primer lugar, aquellos autores vinculados con movimientos coercitivos o sectarios. “Usan el reclamo de la autoayuda o pervierten prácticas legítimas como
el mindfulness para aumentar la captación o anular el sentido crítico de sus víctimas (por ejemplo, Osho y Nueva Acrópolis)”. En segundo lugar, líderes y movimientos que se infiltran para sustituir la atención médica, predicando relaciones ingenuas entre enfermedades físicas y metabólicas y traumas emocionales, que se sanarán con costosísimas terapias inventadas y prescindiendo de tratamientos con evidencia científica.

No hay más que ver cómo ha calado el détox que imponen estos gurús como nuevo mantra que eliminará las toxinas del cuerpo y, de paso, cualquier enfermedad. Hace unos meses murió de cáncer Mari López, una youtuber convencida de que la oración y una dieta vegana estaban curando su enfermedad, incluso al final. Su fe en esta idea superchera llegaba a más de once millones de suscriptores a su canal. El mismo Steve Jobs confió su cáncer de páncreas a terapias alternativas y prefirió el zumo a la cirugía. Cuando se quiso operar, era tarde.

Enfermedades y dietas

“Si jugar con el dinero de la gente es peligroso, aún más lo es jugar con su salud”, alerta Siurana. Le preocupan libros como La enzima prodigiosa, del médico japonés Hiromi Shinya. Ha vendido dos millones de ejemplares en el mundo y en España ha figurado como el más vendido en la categoría de no ficción. “Sus dos subtítulos son exageradamente engañosos. El primero exclama: ¡Una forma de vida sin enfermar! Y el segundo dice que contiene la dieta del futuro, que curará el cáncer, evitará las enfermedades cardíacas, detendrá la diabetes, combatirá la obesidad y prevendrá padecimientos crónicos degenerativos”. El supuesto descubrimiento de Shinya, que no logra demostrar, es la existencia de una enzima madre que se va agotando a causa de la mala alimentación y nos podría ayudar a vencer las enfermedades.

El problema es que insinúa a los enfermos de cáncer que es mejor no someterse a la quimioterapia, pues, según él, se trata de drogas muy peligrosas para las enzimas madre. En una línea similar, encontramos este discurso engañoso en los libros de Odile Fernández, como el titulado Mis recetas anticáncer.

Siurana aconseja especial cuidado con los libros de dietas. “Como la propuesta del nutricionista y dietista francés Pierre Dukan. Su libro La dieta Dukan llega a los diez millones de copias, pero, según el Ministerio de Sanidad, es fraudulenta y potencialmente peligrosa”.

“Enmienda a la totalidad”, corona Eparquio Delgado cuando le pedimos su parecer. Michelle Goodman, escritora y periodista que dedicó bastantes años de su vida a escribir este tipo de libros, ha revelado que todo ese universo no es más que una patraña. Dice que lo tuvo claro desde que vio sobre el escenario al famoso Deepak Chopra. “El sucio secreto de quienes estamos en el negocio de aconsejar a los demás es que terminamos enseñando a otros las lecciones que necesitaríamos aprender nosotros mismos”.

Algunos de los casos más extravagantes ocurren en la India, la nación con más líderes espirituales per cápita. El excéntrico Baba Ramdev, uno de sus maestros de yoga más populares, proclama entre sus fieles austeridad, la vida asceta y el rechazo a todo lo material. Mientras, sus ingresos rondan los 660 millones de dólares anuales gracias a su negocio de productos inspirados en la ayurveda, la medicina tradicional india. Cuenta con 9.500.000 de amigos en Facebook y casi dos millones de seguidores en Twitter. Algunos de sus empleados le tocan los pies en señal de respeto, a pesar de que les hace creer que los productos de la competencia provocan cáncer o que la homosexualidad se “cura” con yoga.

Otro gurú, Ram Rahim, está acusado de delitos sexuales, asesinato y estafa a cientos de seguidores a quienes hizo creer que si se castraban verían a Dios. Y Asaram Bapu fue condenado en abril a cadena perpetua por violar a una menor bajo el pretexto de un exorcismo.

Siurana hace una reflexión final: “No está mal pensar que podemos conseguir aquello que nos proponemos, pero no veo prudente que una persona ponga su vida en manos de un best seller”. El crítico canadiense Will Ferguson lo remata con una frase en su libro Felicidad MR (Marca Registrada): “Si los libros de autoayuda sirvieran, se habría escrito uno solo”.

Deepak Chopra

“Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, tu fuerza interior es invulnerable al miedo”.

Deepak Chopra (Las 7 leyes espirituales del éxito)

Paulo Coelho

“Quien ama esperando una recompensa está perdiendo el tiempo” Paulo Coelho (Aleph).

El escritor imparte sus enseñanzas en Think Big, el programa con el que Fundación Telefónica ayuda a desarrollar habilidades.

Steve Jobs

“Ser el hombre más rico del cementerio no es lo que más me importa. Acostarme cada noche diciendo ‘hemos hecho algo maravilloso’ sí es lo que realmente me preocupa” Steve Jobs, fundador de Apple.

Elsa Punset

“Perdonar no es olvidar: es recordar lo que nos ha herido y dejarlo ir”

Elsa Punset (Una mochila para el universo)

Brené Brown

“No durmamos nuestros miedos, nuestros fracasos, con pastillas
y alcohol. Aceptemos nuestra vulnerabilidad y hagámonos sus amigos”.

Brené Brown (El poder de la vulnerabilidad)

Dalai Lama

“Da a los seres que amas alas para volar, raíces para volver
y razones para quedarse”.

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