Bastaron dos asaltos para que el exluchador de artes marciales mixtas (MMA), el canadiense Tim Hague, cayera derrotado por KO ante Adam Brainwood, también canadiense, en el Shaw Conference Center de Alberta. Ocurría en la noche del pasado viernes, cuando el púgil, de 34 años, fue noqueado hasta en cinco ocasiones antes de perder el combate. En un primer momento, consiguió levantarse por su propio pie pero una vez en el hospital su estado empeoró y acabó entrando en un coma. A las pocas horas fallecía por muerte cerebral. En el vídeo siguiente podéis ver el momento.

 

Pero, ¿cómo se desencadena la muerte tras un traumatismo tan fuerte en la cabeza? 

El cerebro es una masa de tejido nervioso muy delicada y cualquier movimiento brusco o golpe fuerte puede desembocar en un daño irreparable o incluso, como en el caso del boxeador, provocar la muerte. De hecho, en muchas ocasiones, quizá el daño no aparezca en el momento, sino a las horas, una vez el cerebro se haya inflamado. Tal y como indica Luke Griggs, de la fundación Headway «una lesión aparentemente inocua puede ser fatal. En las lesiones graves, los síntomas pueden aparecer tarde. La contusión y la inflamación no suceden inmediatamente, y puede llevar tiempo antes de que ocurra el daño». Por ello, es recomendable acudir al médico tras una contusión grave en la cabeza. 

Por otro lado, en caso de no producirse la muerte, deportes de contacto como el boxeo o el fútbol americano pueden ser el desencadenante de una encefalopatía traumática crónica o incluso desarrollar Alzheimer o demencia senil, tal y como se demostraba en la investigación llevada a cabo por la Beth Israel Deaconess Medical Center de Boston en ratones y publicada por la revista “Nature. 

El caso de Tim Hague no ha sido el único de muerte por KO en el mundo del boxeo. Decenas de deportistas han llegado a perder la vida en el ring y la causa suele ser la misma que hemos tratado: los golpes recibidos en la cabeza hacen que el cerebro se inflame o que se rompa alguna vena, lo que provoca en cuestión de horas el desvanecimiento y la muerte cerebral, sin que los médicos puedan hacer mucho por salvar la vida al paciente.

Repasamos algunas de las más recordadas. 

Fuente: BBC Ciencia

Davey Moore, en 1963

El deportista estadounidense peleó entre 1953 y 1963 y era conocido como “El Pequeño Gigante” debido su estatura: tan solo 1,60 m. En 1959 se coronó como campeón mundial de peso pluma y mantuvo el título durante 4 años antes de morir tras su encuentro con el cubano Sugar Ramos el 21 de marzo de 1963.

Después de atender a la prensa dijo sentirse mal, con dolores en la cabeza y cayó inconsciente. Horas después, fallecía a los 29 años en el hospital por daño cerebral irreparable.

Su muerte abrió un debate social sobre la moralidad de este deporte. Tal fue su impacto que hasta el mundo de la música llegó a dedicarle dos canciones: una del cantante folk Phil Ochs “Davey Moore”, en la que criticaba duramente al boxeo y a quienes lo apoyaban y otra de Bob Dylan “Who Killed Davey Moore” en la que pretendía hacer a la gente reflexionar sobre lo ocurrido. 

Francisco (Kiko) Bejines, 1983

Tan solo tenía 29 años y perdió por KO técnico en 12 asaltos ante el estadounidense Alberto Dávila, el 1 de septiembre de 1983, por el título del peso gallo.

Según el diario New York Times, el doctor que atendía al joven tuvo un mal presentimiento al ver cómo sufría diversas convulsiones espasmódicas durante el encuentro y al comprobar que tenía su pupila derecha mucho más dilatada que la izquierda, lo que le hizo ver que estaba sufriendo una hemorragia cerebral importante. A pesar de todos los intentos por salvar su vida tras el combate, falleció 3 días después. 

Carlos Barreto, en 1999

El boxeador venezolano, de 23 años, se enfrentaba a su compatriota José Luis Valbuena por el título de supergallo de Latinoamérica. Aguantó el tipo durante 10 rounds, pero tras un derechazo de su contrincante cayó desplomado en la lona. En este caso el golpe le generó un edema incurable que no consiguieron tratarle en el hospital, lo que provocó su muerte.

Su carrera, a pesar de corta, estaba llena de triunfos: un total de 13 frente a 3 derrotas y un combate nulo. Hasta el día de su muerte, se encontraba en el cuarto lugar entre los supergallos de la Asociación Mundial de Boxeo. 

Imagen: Youtube.com

Pedro Alcázar, en 2002

El boxeador panameño apodado el “Rockero” murió 36 horas después de su último combate, tras perder en Las Vegas el título de Súper Mosca de la Organización Mundial de Boxeo contra el mexicano Fernando Montiel.

Al parecer, el joven de 26 años se encontraba en la ducha de su hotel cuando sufrió un desmayo y a los pocos minutos falleció. Un caso que sorprendió mucho a quienes estaban con él, ya que en ningún momento dijo sentirse mal tras la pelea, tan solo un leve dolor de cabeza. Pero una vez que se le practicó la autopsia, los médicos apuntaron que tenía el cerebro inflamado. 

Imagen: boxeur.es

Marcos Antonio Nazareth, en 2009

El joven mexicano, de 23 años, murió tras enfrentarse a otro conocido campeón mexicano, Omar Chávez. Perdió el conocimiento en el cuarto round y fue llevado al hospital donde tuvo que enfrentarse a una operación de más de 3 horas para aliviar la hemorragia cerebral que sufría. Murió 4 días después.