La prensa rusa anunció el descubrimiento por parte de dos montañeros de un cadáver en el tristemente famoso Paso Diatlov, en los montes Urales. Puede que a muchos este nombre no les diga nada, pero ese lugar fue el escenario, en 1959, de un trágico y escalofriante suceso, que hasta ahora nadie ha sido capaz de aclarar.

En febrero de aquel año, diez jóvenes (0cho varones y dos mujeres), Instituto Politécnico de los Urales, realizaron una excursión a aquella zona. Uno de ellos se puso enfermo durante el trayecto y se vio obligado a regresar. Varias semanas después, como el resto del grupo no regresaba, se organizó una expedición de búsqueda. Finalmente, los expedicionarios fueron encontrados en el citado paso.

Lo primero que localizaron los miembros del equipo de rescate fue la tienda de campaña, que estaba completamente destrozada. Las investigaciones posteriores demostraron que había sido rasgada desde el interior, como si los ocupantes trataran de escapar. ¿Pero dónde estaban los jóvenes?

No tardaron mucho en aparecer. Sus cadáveres se encontraban desperdigados alrededor de la zona donde habían acampado. Muchos de ellos estaban completamente desnudos, y se comprobó que habían muerto por hipotermia. Pero algunos de ellos presentaban signos de violencia. Dos de los varones tenían lesiones en el cráneo, y una de las chicas tenía el cuello roto, con la cabeza completamente vuelta del revés. Además, su lengua había sido arrancada.

la investigación oficial nunca sacó una conclusión de lo que podía haber ocurrido. Algunas fuentes afirman que alguno de los cadáveres mostraba también síntomas de radioactividad, pero este dato nunca ha sido confirmado. además, de ser cierto, tampoco sería tan extraño, ya que podían haberse «contaminado» en el instituto en el que estudiaban y hacían prácticas.

Por supuesto, ha habido hipótesis para todos los gusto. Tampoco han faltado las que aluden a una intervención alienígena, aunque no hacen falta extraterrestres para que este caso siga resultando misterioso y aterrador.

Entre las teorías más factibles, está la que afirma que pudieron ser víctimas indeseadas y colaterales de algún experimento militar, ya que en aquella zona el ejército soviético acostumbraba a probar sus prototipos de armas. También hay quien cree que los jóvenes pudieron matarse entre ellos, que alguno enloqueció y provocó un caos que desembocó en tragedia. O que fueron atacados por osos o lobos hambrientos. Todo pudo ser posible.

Por supuesto, el cadáver que ahora ha sido encontrado no tiene nada que ver con aquel suceso, ya que los restos de todos los jóvenes fueron descubiertos, así que tiene que ser el de alguien que murió mucho después. Algo que tampoco resulta tan extraño en un lugar como Los Urales en el que, especialmente en invierno, es fácil perderse e incluso morir.

Pero al ser el mismo lugar en el que se produjo la desaparición, es inevitable acordarse de aquel terrible suceso. ¿Sabremos alguna vez lo que realmente sucedió?

Fotos: Getty y Wikipedia.

Tres de los jóvenes que integraban la expedición.

Los restos de la tienda de campaña, completamente destrozados.

Uno de los cadáveres de los jóvenes.

La mayoría de los excursionistas fallecieron por el atroz frío, aunque tres de ellos presentaban signos de violencia.