Queremos que disfrutéis de este verano con la mejor de las  sonrisas. Ya sabemos que no os van a faltar alicientes en estos meses estivales. Pero queremos poner nuestro pequeño granito de arena con esta galería que incluye algunas de las mejores escenas de comedia de toda la historia del cine. Faltan muchísimas, y es que incluirlas todas sería una tarea casi imposible. Aunque, seguro que coincidiréis con nosotros en que las que conforman esta pequeña selección son magistrales.

Con faldas y a lo loco (1959)

 ¿Qué decir a estas alturas de uno de los mejores finales de toda la historia del cine? Pues eso… que nadie es perfecto.

 

Clerks (1994)

 Kevin Smith debutó con esta película underground, cuyo inesperado éxito supuso el nacimiento oficial del movimiento friki en todo el mundo. La película es tremendamente divertida, pero su momento más glorioso es aquel en el que los protagonistas discuten sobre las implicaciones sociopolíticas de trabajar como obrero en la Estrella de la Muerte de Star wars.

 

Sucedió una noche (1934)

 Esta gran película de Frank Capra es una de las cumbres de la comedia americana. Y su escena más legendaria es aquella en la que la pareja protagonista (Clark Gable y Claudette Colbert) intenta hacer auto-stop. El rudo reportero encarnado por Gable, se las da de ser un entendido en la materia, pero no consigue que pare ningún coche. En cambio, ella con solo subirse la falda… En fin, véanlo ustedes mismos.

 

Un día en las carreras (1937)

¿Cuál es la mejor escena de los Hermanos Marx? Difícil elección, pero entre ellas seguro que se encuentra ésta (desde el 0,17) en la que Chico intenta timar a Groucho en un hipódromo. Una de las cumbres del delirio cinematográfico

Los caballeros de la mesa cuadrada (1977)

 Probablemente, La vida de Brian sea la película más célebre de los Monty Python. Pero creo que la más divertida es ésta sátira de los mitos medievales. El filme está repleto de momentos hilarantes. Pero como olvidar la genial escena de la Santa Granada de Antioquía.

 

El chico (1921)

 Tratar de pescar los mejores momentos en la soberbia y amplia filmografía de Charles Chaplin es complicado. ¿Con cuál quedarse? Podíamos haber elegido escenas míticas, como la de Charlot comiéndose la bota en La quimera del oro. Aunque, hemos preferido escoger ésta que sin duda es menos conocida, pero que resulta tronchante. En ella, Chaplin trata de poner orden en una pelea entre el niño interpretado por Jackie Coogan y otro golfillo callejero. Pero las cosas se complican, y mucho.