Las momias provocan a la vez fascinación y pavor. Pero, realmente, solo deberíamos tenerles miedo cuando aparecen en las (maravillosas) películas de terror. Como la que ahora se estrena en nuestras pantallas, protagonizada por Tom Cruise y Sofia Boutella. En realidad, estos cadáveres excepcionalmente conservados, son la forma que el pasado ha encontrado para hablarnos y transmitirnos parte de la que fue su realidad.

La momificación es un proceso que puede producirse de forma natural, pero también artificialmente, mediante las técnicas para embalsamar cadáveres. Prácticamente, han aparecido momias en todos los lugares del planeta. Pero, las que aquí os mostramos, son las auténticas superestrellas de esta categoría de «celebrities de ultratumba».

Las momias de Guanajuato

Un excepcional conjunto formado por más de un centenar de cuerpos, momificados de forma natural, y que fueron encontrados en la ciudad mexicana de Guanajuato entre 1865 y 1958.

Las peculiares condiciones del suelo de esta localidad, muy rico en sulfato de alumbre y nitratos, sustancias que evitan la putrefacción, permitieron la excepcional conservación de estos cadáveres.

Las momias de Guanajuato forman parte de la tradición popular de la cultura mexicana, y han sido utilizadas como reclamo en numerosas películas, la más famosa de todas la que protagonizó el mítico luchador enmascarado conocido como El Santo.

La momia de Lenin

Dicen que se trata de la momia mejor conservada del mundo. Tras su muerte en 1924, Stalin ordenó momificar el cuerpo de Lenin para exhibirlo ante el pueblo ruso.

La intención inicial era congelarlo y conservarlo solamente durante tres días. Pero, finalmente, se creó un organismo formado por seis científicos, llamado Comité de la Inmortalización, que se encargó de buscar una fórmula que asegurara la conservación del cuerpo a perpetuidad, en las mejores condiciones posibles.

Los restos del líder ruso, se guardan en un sarcófago de metal. Todos los días, el cuerpo es sacado unos minutos antes de ser exhibido, y rociado con una mezcla especial que lo humedece. Se coloca entonces en otro sarcófago de cristal y a prueba de balas, que lo protege de cualquier daño, incluyendo los causados por el oxígeno y la temperatura.

Jamón serrano

Pues sí, en el fondo, el jamón pertenece a esta categoría. De hecho, Manuel Vázquez Montalbán llegó a definirlo como: «Una pata gloriosamente momificada del glorioso cerdo ibérico».

Tutankhamon

Probablemente, la momia más célebre de todos los tiempos. Fue descubierta en 1922 por Howard Carter, y su hallazgo generó incluso una leyenda en torno a una hipotética maldición, que se habría cebado con quienes profanaron la tumba del faraón.

Pero, más allá de mitos, el estudio de esta momia ha permitido conocer con exactitud todas las afecciones físicas que sufrió el soberano egipcio, y descubrir quienes fueron sus padres, y familiares más cercanos.

El hombre de Tollund

Esta impresionante momia fue encontrada en un pantano de Dinamarca. El hecho de que el cuerpo estuviera sepultado en una turbera (un tipo de terreno pantanoso formado por material vegetal en descomposición), ha permitido que se conservara de forma realmente excepcional. Su rostro da la impresión de ser el de una persona que está durmiendo y que va a despertarse de un momento a otro.

El hombre de Ótzi

Otra que no necesita presentación. Fue descubierta en 1991 por dos alpinistas en Los Alpes, y tiene una antiguedad de unos 150.000 años. Lo que la convierte en la momia natural más antigua de Europa.

Ha sido objeto de numerosas investigaciones. Y, ahora, un grupo de científicos aseguran que sus cuerdas vocales están en tan buen estado, que son capaces de hacerla hablar.

Lo que ignoramos es si Ótzi tendrá algo que decirnos.