Porno terapéutico para aliviar la soledad

Si en lugar de censurarla, la adaptásemos a nuestra vida de manera que nos viésemos reflejados en sus tramas, la pornografía podría convertirse en una eficaz terapia contra la soledad. Esa es la idea del filósofo y escritor Alain De Botton, quien ha lanzado Porn As Therapy, un proyecto cuyos protagonistas hablan de miedos, inseguridades y pudores. Un porno más creíble y menos sometido a los cánones de pechos y penes grandes. Y sin esas acrobacias imposibles que generan sentimiento de vergüenza.

El sexo transformado en acordes

Es el último ingenio del artista experimental canadiense Rory Viner, que ha transformado el sonido del coito en música gracias a un sintetizador que hace que cada momento se interprete como una nota. Esto lo consiguió colocando en su cuerpo y en el de su pareja varios sensores que durante el acto activan unos acordes previamente asignados. Mediante un circuito, los registros sonoros pasan en formato MIDI a un sintetizador que los convierte en música. La pareja ha creado ya varias piezas musicales. Sin embargo, según cuenta Viner en su perfil de Tumblr, ninguna ha tenido el efecto empático esperado.

Flechado mientras caminas

Si los flechazos fuesen evidentes, igual que lo son los relámpagos, cada día asistiríamos a una buena tormenta en las grandes ciudades del mundo, entre ellas Madrid y Barcelona. La aplicación Happn desembarcó hace dos años en España y ya suma 450.000 usuarios con ganas de contactar con aquellas personas con las que uno se cruza por la calle y surge atracción.
Solo funciona si ambos tienen la aplicación. Su fundador, Didier Rappaport, indica que Happn está diseñada para que el usuario contacte con la persona a la que envía el saludo solo si esta responde. Además, no podrá enviar más de una propuesta para llamar su atención. Tampoco se hace un rastreo de personas, sino que se registran los puntos donde se encontraron.

Rusia quiere a los homosexuales en el armario

Cualquier ciudadano ruso puede ser gay o lesbiana, siempre que mantenga su condición oculta y en silencio. De lo contrario, puede ser despedido del trabajo, multado o acabar con sus huesos en la cárcel; más si alardea de ello en plena calle. En los últimos meses, Rusia ha reactivado la política de mordaza y su represión de la homosexualidad, sobre todo como movimiento social. Los episodios de violencia contra los homosexuales se repiten a diario.