La leyenda contaba que Adolf Hitler había perdido un testículo durante la I Guerra Mundial, a causa de las heridas sufridas en la batalla de El Somme. Pero, las investigaciones posteriores han demostrado que, en realidad, se trataba de un defecto congénito, ya que padecía criptorquidia, una afección que provoca que uno de los testículos (en su caso, el derecho) no descienda al escroto.

Pero, por si eso fuera poco, nuevos estudios demuestran que el dictador nazi también tenía un micropene. Con motivo del descubrimiento, recordamos también los casos de otros penes históricos, tanto pequeños como descomunales.

El pequeño miembro de Napoleón

El miembro viril del emperador francés medía tan solo cuatro centímetros y aún se conserva en la actualidad. Tras realizarle la autopsia al cadáver de Napoleón, el cirujano Francesco Autommarchi mutiló el órgano que, con el transcurso de los años, fue pasando de mano en mano. Actualmente, pertenece a Evan Lattimer, quien lo heredó de su padre, un urólogo reputado que lo compró por 3.000 dólares durante una subasta en París.

John Dillinger, el gangster «superdotado»

De la vida de este famoso gansgter se recuerdan básicamente dos cosas. Una, que fue acribillado por el FBI cuando salía de un cine en el que se proyectaba una película titulada El enemigo público. Y dos, que tenía un pene enorme. Su tamaño oscilaba, según las fuentes, entre los 31 y los 50 centímetros. La leyenda dice que Edgar Hoover mando disecarlo y que actualmente se guarda en los fondos del Museo Smithsonian. ¿Será cierto?

El gigantesco falo de Rasputín

Místico, conspirador, amante insaciable… A Grigori Rasputin le apodaban el monje diabólico. Tras ser asesinado en 1916, se dice que su descomunal pene fue amputado y guardado como reliquia. Actualmente, el miembro se conserva en el museo Erótico de San Petersburgo. Aunque hay que decir que son muchos los historiadores que dudan de que ese despojo perteneciera realmente a dicho personaje, y suponen que en realidad se trata del miembro sexual disecado de algún bovino.

Adolf Hitler

 En el libro Hitler’s Last Day: Minute by Minute, los historiadores Jonathan Mayo y Emma Craigie han revelado que el líder nazi padecía una rara enfermedad llamada hipospadias. Se trata de una anomalía congénita por la que el pene no se desarrolla con un tamaño medio normal, y hace que su abertura se ubique en algún lugar en la parte inferior del glande o, incluso, más atrás.

 

 

El desaparecido pene de Tutankhamon

El paradero del falo de la momia de este fararón ha sido uno de los misterios más curiosos y a la vez absurdos de la arqueología reciente. Las fotografías que se tomaron en 1922 de dicha momia demostraban que los restos de Tutankhamon conservaban su pene. Pero, cuando volvieron a inspeccionarlos en 1968, se percataron de que el falo había desaparecido. Fue en 2005 cuando se descubrió, finalmente, que se encontraba entre las vendas, ya que se había desprendido durante uno de los traslados.