Estos pueden ser los esqueletos más engalanados de toda la historia. Tienen más de 500 años de edad y fueron desenterrados en las catacumbas de Roma. Eso provocó que se pensara, erróneamente, que eran los restos de los primeros mártires cristianos. Por eso, fueron enviados a iglesias de toda Europa, donde los fieles, además de venerarlos, los decoraron con miles de piezas de plata y oro. Ahora, el historiador Paul Koudounaris ha fotografiado estos restos humanos, conocidos cómo Los Santos de las Catacumbas. Y sus retratos nos transmiten toda la macabra fascinación que ejercen estas reliquias humanas.