Parece increíble que cuentos tan épicos como El libro de la selva puedan hacerse realidad. Pero así es. Varios niños han sido encontrados viviendo en estado salvaje. La última, una niña de ocho años de edad que ha sido encontrada en la India viviendo entre monos. No te pierdas su historia en esta fotogalería.

Además te contamos la historia de otros cinco niños de la mano de la prestigiosa fotógrafa alemana (aunque afincada en Londres) Julia Fullerton-Batten, autora de Niños ferales, una impresionante serie de magníficas fotografías que recrean las historias reales de niños que vivieron en estado salvaje, algunos de ellos conviviendo incluso entre las fieras. «Descubrí que existía un gran número de historias similares documentadas a lo largo de los cinco continentes», explicó la artista. (Fotos publicadas por cortesía de Julia Fullerton-Batten)

La niña que vivía con monos

Mientras la policía india realizaba su turno, se encontró con algo insólito: una niña de unos ocho años de edad acompañada de un grupo de primates. Según el oficial al mando, la pequeña se encontraba jugando con ellos pero, cuando vio acercarse a la policía, los primates y ella comenzaron a gritar.

Según explican, la pequeña tenía heridas en varias partes de su cuerpo y, aunque tenía ropas, estas estaban muy sucias, lo cual sugiere que debió haber sido abandonada por sus padres hace mucho tiempo. Según el subinspector Suresh Yadav, uno de los policías que la encontró, «la niña parecía encontrarse muy cómoda entre los primates».

La pequeña fue trasladada a un hospital, donde curaron sus heridas, la alimentaron e intentaron calmarla. No reconoce ni habla ningún idioma y, al principio, tampoco podía caminar con normalidad. También intentó escaparse del hospital.

Ya ha comenzado a comer alimentos por si misma, aunque según explican los sanitarios que la están tratando, «le es imposible comer de un plato».

El niño mono

La del ugandés John Ssabunnya es una historia increíble. A los tres años de edad, tras el asesinato de su madre a manos de su padre, el pequeño fue abandonado en la selva. John relató años después que fue acogido por un grupo de simios que le ofrecieron plátanos y patatas dulces. John siguió a los monos y con el tiempo comenzó a copiar sus gestos y sonidos, y aprendió a trepar en los árboles hábilmente. Los monos lo aceptaron como parte de su grupo, y vivió con ellos hasta que varios años después, en 1991, fue descubierto por una muchacha que recogía fruta en el bosque y «rescatado» por una patrulla de búsqueda.

El niño lobo

Fue encontrado en mayo de 1972, cuando tenía cuatro años en el bosque de Musafirkhana, en India. El niño estaba jugando con crías de lobo. Tenía la piel oscura, largas uñas en forma de gancho, abundante vello corporal y callos en las manos, rodillas y codos. Tenía los dientes afilados, le gustaba la sangre la sangre, cazaba pollos, y buscaba la compañía de otros perros.

Fue ingresado en un centro para indigentes y, aunque nunca llegó a hablar, aprendió a expresarse con el lenguaje de signos. Murió de una extraña enfermedad en 1985.

La niña de los perros

Oxana es una niña ucraniana que creció con una madre alcohólica que no se preocupaba por ella. A partir de los tres años empezó a mostrar un comprotamiento arisco, aislándose y siendo agresiva con otros niños. Además, comenzó a comportarse como los perros, a ladrar y andar a cuatro patas.

Fue ingresada en una institución y aunque logró aprender a hablar, actualmente, con más de treinta años, tiene las capacidades de un niño de seis.

El niño pájaro

Prava es un niño ruso que fue encontrado en 2008 en un apartamento de Moscú. Su madre lo tenía encerrado en una habitación llena de pájaros. Nunca hablaba con él ni le dejaba salir, y las aves se había convertido en su única compañía.

El pequeño ni siquiera había aprendido a hablar y se comunicaba con sus pájaros mediante sonidos parecidos a graznidos. Actualmente está en un centro psicológico donde tratan de rehabilitarle.

El niño gallina

Sujit Kuma, natural de las Islas Fiji, fue el protagonista de una descarnada historia de abusos y abandono. Con muy pocos años de edad fue encerrado en un gallinero y acabó comportándose como una auténtica ave de corral. Si algún humano se le acercaba, intentaba picarle. Y vivió en esas condiciones ¡hasta los 22 años de edad!

Actualmente ya tiene más de cuarenta, pero sigue teniendo serias dificultades para interaccionar con los humanos o para usar un inodoro sin ayuda.