La verdad es que hace falta tener agallas para cruzar por él. O, al menos, no padecer de vértigo. Se trata del puente de cristal más grande del mundo, que acaba de ser inaugurado en una reserva natural de la provincia china de Hunan. Se trata de una pasarela de 300 metros de largo suspendida a una altura de 180 metros. Las láminas de cristal que la forman tienen un grosor de tan solo 24 milímetros. Muchos de los turistas que se deciden a cruzarlo pasan realmente un mal trago y no son capaces de mirar hacia abajo o de detenerse a fotografiar el paisaje.