En el mundo en el que vivimos, el dinero público es un bien bastante escaso. A pesar de ello, muchas ideas realmente absurdas consiguen un buen pedazo de partida presupuestaria para ser llevados a cabo. Es el caso de un proyecto aprobado el pasado mes de junio por el ayuntamiento londinense: un puente ajardinado por el que sólo pueden pasar ocho personas a la vez. La respuesta de los ciudadanos ha sido lo mejor: nada de quejas, ni tampoco de manifestaciones. Se han reído tanto de la idea que incluso, con la ayuda del humorista británico Will Jennings, han realizado el evento A Folly for London (Una locura para Londres), un concurso para premiar los proyectos más ridículos y absurdos en los que sus políticos podrían gastar los fondos públicos.

El cabreo de los londinenses ha sido, nunca mejor dicho, monumental. Y con razón. El «bonito» puente ajardinado costará 270 millones de euros, 227 más que el del Támesis. Además, el despilfarro ni tan siquiera está justificado, ya que la nueva pasarela no solo comunica dos barrios que ya estaban perfectamente comunicados, sino que por ella sólo pueden pasar ocho personas cada vez. En una ciudad como Londres, que existe un acusado déficit de vivienda, los londinenses se han sentido algo más que insultados.

Sintiéndose enfadados e insultados por su ayuntamiento y ayudados por el humorista británico, los ciudadanos de Londres han hecho una vendetta de lo más original: un concurso de urbanismo en la que premian las ideas más absurdas. De perdidos, al río.

Fuentes:

dezeen.com | A Folly for London | 

El puente por el que solo podrán cruzar ocho peatones

Este proyecto, que costará casi 270 millones de euros, ha sido el que ha desatado el enfado monumental de la opinión pública y el que ha provocado este concurso de proyectos públicos realmente absurdos.

A pesar de que el Garden Bridge ha sido vendido como bonito y elitista, el derroche es totalmente innecesario. Su precio final es tan alto a consecuencia de una aleación especial de cobre y níquel que evitará que el material se corroa con el agua del mar. Es cierto que el ayuntamiento londinense «solo» pondrá 81 millones de euros y el resto proviene de donaciones. Aún así, hay que reconocer que el proyecto es realmente ridículo.

Proyecto ganador: un incendio eterno en el río Támesis

Este proyecto está diseñado para que el fuego se alimente de los árboles talados de los parques de Londres. El diseñador del proyecto lo define como «una llama eterna dedicada a los planificadores urbanos del siglo 21».

Finalista: Un conjunto residencial de setas mágicas

Ya puestos a flipar, por qué no incluir un proyecto con setas mágicas. Es el caso de este conjunto residencial con 1500 apartamentos y oficinas.

Finalista: Puente Byfrost

Estaba claro que en una situación así no podía faltar el clásico ¡Arre unicornio!. El diseñador de este puente ha pensado en una pasarela con forma de arcoíris que se cruce cabalgando a lomos de unicornios. A falta de este ser que procede de la fantasía, siempre se puede usar un caballo blanco y pegar con pegamento el cuerno que le falta.

 

Finalista: Una bombilla flotando sobre el Támesis

Esta impresionante bombilla de cristal tendría 340 metros de altura y flotaría sobre una plataforma del río. ¿La gracia? que se iluminaría cuando atracase en una de las dos orillas.

 

Mención especial: un puente de norias

El proyecto es absurdo, sí, pero al menos más divertido que en el que ha gastado el ayuntamiento de Londres 270 millones de euros.

Consistiría en dos norias semisumergibles conectadas en una estación central en la mitad del río para que los pasajeros puedan pasar de una noria a otra. Además, el diseñador contempla una forma de sacar dinero: poner publicidad luminosa. Lo que no dice nada es de como podrían secarse los peatones.

 

Mención especial: Puente y Plaza de Jesucristo

La mejor manera de pasar al otro lado del río: andar sobre las aguas.

Finalista: Laberinto flotante de autobuses

El transporte público en esta ocasión no te llevará a ningún sitio, pero oye, no hay nada más londinense que un puente diseñado con pedazos de su clásico autobús.

Ganador: una tarta gigante que cruce al otro lado

El diseñador de este proyecto asegura que su idea crearía un bonito ecosistema. Bichos, animales y humanos acudirían en masa a comerse este rico pastel.