Se cumplen doscientos años de Waterloo, la decisiva batalla que significó la derrota definitiva de Napoleón. Para conmemorarlo hemos reunido algunas de las batallas más famosas de la historia que, en su momento, fueron recopiladas por el prestigioso historiador Sir Edward Shepherd Creasy. Pero, dado que el ilustre sabio falleció en 1851, y que su lista no va más allá de dicha fecha, nosotros hemos añadido cuatro de nuestra cosecha (Gettysburg, el Marne, Syalingrado y el Día D) que, seguramente, Creasy también habría incorporado a su ranking de haber vivido para conocerlas.

Austerlitz (1805)

Se suele considerar que ésta fue la mayor victoria de Napoleón, y se califica a esta batalla como una obra maestra de la estrategia militar.

Napoléon, que se enfrentaba en inferioridad numérica a los ejércitos de Rusia y Prusia, hizo creer a sus enemigos que se encontraba casi derrotado y a punto de solicitar la rendición. Con esta estratagema atrajo a sus rivales a una trampa en la que quedaron envueltos por las tropas de refuerzo que los franceses tenían ocultas. Al cabo de nueve horas habían obtenido una victoria espectacular.

Lepanto (1571)

La gran batalla que frenó la expansión otomana en el Mediterráneo. Enfrentó a la armada turca contra una coalición cristiana formada por España, Génova, Venecia y lo Estados Pontificios. Se libró frente a al ciudad griega de Návpaktos, y las crónicas relatan que los turcos perdieron 190 naves, mientras que los cristianos solo cuarenta. Miguel de Cervantes, que participó en el combate, lo calificó como: «La más alta ocasión que vieron los siglos».

El Día D (1944)

Nombre con el que suele conocer a la Operación Neptuno, el desembarco de las tropas aliadas en las playas de Normandía durante la II Guerra Mundial.

Las tropas estadounidenses desembarcron las playas bautizadas como Utah y Omaha, las británicas en Sword y Gold, y las canadienses en Juno. Al cabo de un día de intensos combates, los aliados aseguraron una precaria cabeza de playa que les sirivó para extender hacia el interior de Francia en los días siguientes y capturar la ciudad de Caen y el puerto de Cherburgo.

Casi millón y medio de soldados aliados participaron en la batalla, de los cuales fallecieron unos doscientos cincuenta mil. Los alemanes, por su parte, tuvieron cerca de 450 mil bajas.

Valmy (1792)

Se libró durante las guerras revolucionarias francesas, alrededor de la ciudad de Valmy. El ejército francés logró detener el avance de los prusianos. Y a pesar de las pocas bajas que hubo (unas quinientas entre ambos bandos), se considera una batalla de gran trascendencia histórica, ya que una derrota francesa hubiera supuesto el fin de la revolución.

Hastings (1066)

Enfrentó a las tropas del último rey anglosajón de Inglaterra, Harold, con las de Guillermo el Bastardo, duque de Normandía. El encuentro sucedió en Hastings, al sur de Londres, y aunque no hubo un vencedor claro, la muetre de Harold permitió a Guillermo reclamar el trono de Inglaterra y pasar a ser conocido como  Guillermo I el Conquistador.

El asedio de Siracusa (214 adC)

Está considerado el asedio más importante de la historia de la antiguedad Dos años tuvieron los romanos sitiada esta ciudad griega antes de hacer con ella.

En la defensa destacó la figura del sabio Arquímedes, cuyos prodigiosos inventos (entre ellos el uso de espejos que quemaban las velas de las naves romanas) contribuyeron a mantener a ralla a los ejércitos asaltantes.

Finalmente, en el año 212 adC, mientras los habitantes de Siracusa participaban en un festival en honor de la diosa Artemisa,  los romanos consiguieron traspasar las murallas y asolaron la ciudad. Arquímedes murió junto a centeneras de sus conciudadanos. 

Cannas (216 adC)

La batalla que demostró que el imperio romano había encontrado un rival a su altura: Cartago. Y el cartaginés Aníbal, demostró ser un genio de la estrategia.

Los romanos decidieron enfrentarse a Aníbal en Cannas (en la península itálica) con  87.000 soldados. Pero Aníbal utilizó una táctica de tenaza: tras colocar a la infantería, en la que confiaba menos, en el centro, con los flancos compuestos por la caballería cartaginesa, sus líneas fueron adoptando una forma de luna creciente, haciendo avanzar a sus tropas veteranas de los laterales.

En el momento álgido de la batalla, las tropas cartaginesas del centro de la formación se retiraron ante el avance de los romanos y, éstos, confiados, se encontraron sin darse cuenta atrapados dentro de un largo arco de enemigos que les rodeaban. Atacados desde todos los flancos y sin vía de escape, el ejército romano fue destruido. Se estima que entre 60 000 y 70 000 romanos murieron o fueron capturados en Cannas.

 

 

Saratoga (1777)

Fue probablemente la batalla más importante de las que se libraron en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, y enfrentó a catorce mil patriotas americanos contra ocho mil soldados británicos. Los estadounidenses tuvieron unas 800 bajas, y los ingleses cerca de 1.600. La victoria sirvió para reforzar el ánimo de los rebeldes y propició la entrada en la guerra de Francia y España, cuya ayuda contribuyó a la derrota británica.

Gettysburg (1863)

La batalla que marcó el punto de inflexión en la Guerra de Secesión americana, y la que más víctimas provocó en toda la contienda.

Se enfrentaron 150.000 soldados, 83.289 por parte unionista y 75.054 por la parte confederada. Durante los dos primeros días hubo más bajas en el lado de la Unión, aunque esto no debilitó del todo a sus tropas, ya que «se podían permitir» perder más hombres que los confederados, al ser éstos inferiores en número. Este hecho hizo que el general nordista Ulysses Grant fuera apodado el carnicero.

El 3 de julio se produjo un gran duelo de artillería entre los cañones de un lado y otro. Los confederados, entonces, lanzaron un enorme ataque con 14.000 soldados contra sus enemigos Los unionistas quedaron sorprendidos ante tal avance y se defendieron con la artillería, destrozando a los confederados. Al final tan solo 150 hombres lograron llegar a las líneas enemigas. Cerca de 7.000 hombres del Sur perideron la vida en este último día de batalla.

Maratón (490 adC9

El combate que puso fin a la Primera Guerra Médica, y que enfrentó a los ejércitos del rey persa Darío I con las tropas atenienses.

Los 11.000 guerreros hoplitas de Atenas lograron la gesta de derrotar a 25.000 persas. Para ello, tuvieron que desarrollar la siguiente estrategia: los griegos debilitaron el centro de su línea y fortalecieron sus alas, permitiendo que los persas avanzaran por el centro, para luego atacarles por los flancos y destrozarles.

la batallas e libró en la llanura de Maratón, a 42 kilómetros de Atenas, y es recordada pro la hazaña de Filípides, que recorrió corriendo la distancia que separa la actual capital de Grecia de Esparta, para pedir la ayuda de los espartanos.

El Marne (1914)

Hubo dos grandes enfrentamientos en El Marne durante la I Guerra mundial  y nosotros nos referimos al primero de ellos. Se libró en territorio francés y en ella, las tropas francesas y británicas, que se retiraban tras sufrir una derrota tras otra, lograron frenar milagrosamente el avance alemán. Pese a todo, los aliados tuvieron unas bajas estimadas de 263 mil hombres, mientras que los alemanes perdieron 250 mil.

Fue también la primera batalla en la que participaron aviones, aunque basicamente en misiones de reconocimiento, y marcó el inicio de la llamada guerra de trincheras.

Poitiers (732)

También conocida como batalla de Tours, marco el final del expansionismo islámico en europa. Y en ella, los francos, mandados por Carlos Martel, derrotaron al ejército árabe de Al Gafiki, gobernador de al-Andalus, quien falleció en el combate.

Poltava (1709)

Los ejércitos del rey Carlos XII de Suecia sitiaron a la ciudad ucraniana de Pultowa. Durante el asedio, los rusos llegaron a defendenser con cualquier cosa que tenían a mano, arrojando incluso gatos muertos contra lso asaltantes.

Pero cuando todo parecía perdido, la suerte cambió de bando. La mala condición de la pólvora que recibió como sumistro el ejército sueco, y el exceso de confianza de éste, hizo que los rusos pudieran darle al vuelta a la batalla de forma inesperada.

Al final, los suecos dejaron casi nueve mil muertos en el campo de batalla, formando una espantosa alfombra de cadáveres.

Stalingrado (1942-1943)

Está considerada la batalla más sangrienta de todos los tiempos, con bajas estimadas en más de dos millones de personas entre ambos bando.

La ofensiva alemana para capturar Stalingrado (actual Volgogrado) comenzó a finales del verano de 1942, en e un intento por parte de Alemania de tomar los pozos petrolíferos del Cáucaso. Un masivo bombardeo de la Lutfwafe redujo gran parte de la ciudad a escombros. Luego, las tropas alemanas trataron de tomar la ciudad, calle por calle. Pero, pesar de lograr controlar la mayor parte de la ciudad, la Wehrmacht nunca fue capaz de derrotar la tenaz resistencia soviética.

En noviembre de 1942 una gran contraofensiva rusa logró rodear al ejército alemán mandado por Von Paulus. Los 230.000 soldados alemanes atrapados en la ciudad se vieron pronto debilitados por el hambre, el frío y los continuos ataques soviéticos.

Finalmente, los alemanes se rindieron en febrero de 1943. Se considera que esta derrota marcó el inicio del fin del nazismo.

Gaugamela (331)

Este combate está considerado el que marcó el fin del imperio persa, y también la mayor victoria de Alejandro Magno, que derrotó a los ejércitos de Darío III.

Alejandro organizó a su ejército en una formación similar a un gigantesco rectángulo, lo que le permitió rechazar los ataques que los persas lanzaban desde todos los ángulos.

Los historiadores contemporáneos estiman que pudieron morir unos cuarenta mil persas y cinco mil macedonios.

Waterloo (1815)

Tras regresar de su exilio en Elba y reorganizar su ejército, Napoleón invadió los Países Bajos para enfrentarse a las tropas de la Séptima Coalición (británicos, austríacos, prusianos…) mandada por el Duque de Wellington.

La batalla comenzó el día 16 de junio y se prolongó hasta el 18, cuando se libró el combate crucial entre Napoléon y Wellington. El campo, embarrado por la lluvia, dificultó las cargas de la caballería francesa. Además, los británicos, formados en cuadros defensivos, resistieron todos los ataques de los franceses. Finalmente, la entrada en acción de las tropas prusianas del mariscal Blücher (que supuestamente se había retirado) decidió definitvamente la batalla, provocando la derrota del ejército napoleónico