Bricolaje vegetal

El creador no usa pegamento en sus obras, ni las retoca con Photoshop. Todas las piezas que componen sus retratos están ensambladas manualmente, de forma similar a como se construye un mecano, como este Invierno.

Póngame tres kilos de plátanos

Las frutas no suelen ser una herramienta habitual para los artistas. De hecho, Enrique cuenta que cuando va al mercado el tendero le pregunta si lo que compra es para comérselo o para usarlo en una de sus obras. Esta se llama Autorretrato I.

El Terminator del cine era de acero

Este está hecho con una calabaza, fresas, cebollas y otras verduras

Una cara muy cascada

Las cáscaras de huevo son el ingrediente principal de este retrato de Gandhi. Para realizar su obra, Klaus fabrica un molde del rostro elegido, y luego lo recubre.

Un manjar para insectos

Los principales enemigos de Enrique son las moscas, que invaden su estudio cuando usa frutas y hortalizas. Como en este Jardinero vegetal.

Insectos galácticos

El “rostro del mal” tenía que resultar lo más aterrador posible. Por eso, el artista utilizó orugas, escorpiones, ciempiés y otras criaturas similares para confeccionar esta máscara de Darth Vader. En total, empleó 150 insectos y cuatro meses de trabajo.

Estética renacentista

Los cuadros del pintor Giuseppe Arcimboldo son la principal fuente de inspiración de Klaus, como este Vertumno. Su primer intento de imitar su estilo fue fotografiar un ojo enmarcado por hojas de lechuga.

Una mezcla extraña

Una de las claves de su éxito es el contraste que provoca la mezcla de elementos agradables (plumas, frutas…) con otros que causan rechazo (insectos, crustáceos). En la foto, su particular homenaje a Ticiano.

En fase de putrefacción

Una figura hecha con ciempiés que aparece en La momia inspiró esta réplica del cráneo de Dmanisi (Homo erectus) formado por crías de animales.

Arte perecedero

El artista guarda pocas piezas originales: la mayoría acaban en la basura cuando los ingredientes naturales empiezan a estropearse, como este Autorretrato III.