Rosas y dragones

En el museo parisino han sido convocados 19 tatuadores para realizar sus trabajos en lienzo. La propuesta es pasar tattoos tradicionales de la piel al papel. La muestra cierra el 18 de octubre de 2015.

Anónimo

Tanto el autor de la imagen como el de los tatuajes de estas mujeres son desconocidos. Los tatuadores comenzaron a ser reconocidos y respetados a mediados del siglo pasado.

Un traje a medida

La practica de tatuar el cuerpo entero es conocida como bodysuit, traje corporal, y es típica de Japón.

Allí surgió, primero, como herramienta de castigo del poder militar, y más tarde como un simple ornamento o para señalar a sus portadores como miembros de la mafia, o yakuza.

Grandes maestros

Los trabajos más admirados son tradicionalmente aquellos de la región del Pacífico: Nueva Zelanda (como el tribal maorí de la imagen), Samoa y la Polinesia.

¿Molde o modelo?

Filip Leu, tatuador francés, es uno de los 13 artistas que recibió un molde de silicona de una pierna o un brazo para realizar un trabajo exclusivo para la muestra.

Para Leu: “El encargo fue muy complejo, ya que la piel tiene una magia que no se puede encontrar en materiales artificiales”.

Son documentos históricos

Esta mujer kalinga, tribu de Filipinas, es la última que ha sido tatuada con motivos tradicionales.

A Dios rezando y con el mazo dando

Decenas de plegarias ocupan el cuerpo de este luchador tailandés de muay thai, lucha tradicional del reino de Siam.

Allí los tatuajes tienen motivos religiosos y protectores, que buscan garantizar la fortuna y la salud  del portador.

Nostalgia marinera

El tatuador alemán Herbert Hoffmann fue uno de los más reconocidos en el ambiente.

Residía en Hamburgo y a menudo coloreaba la piel de los marineros de todo el mundo que arribaban a ese puerto. Su obra ha sido reflejada en el documental Flammend Herz (corazón en llamas).