Wingsuit

El paracaidista Patrick Gayardon creó en la década de los 90 un traje que reproducía las alas y la cola de un ave y con el que era capaz de mantenerse más tiempo en el aire. Poco a poco, este traje ha evolucionado para dar paso al vuelo con wingsuit, un tipo de paracaidismo de riesgo en el que los saltadores utilizan un traje especial que asemeja las alas de un ave, con el que se alcanzan velocidades extremas de hasta 160 kilómetros por hora. Esta actividad se considera una de las más peligrosas del mundo, y no se puede practicar sin experiencia previa en esta disciplina. Para poder planear con uno de estos trajes junto a un instructor, uno tiene que haber realizado 200 saltos en paracaídas o un mínimo de 500 para poder saltar sin estar acompañado por un monitor.

Apnea

O buceo libre, consiste en aguantar la respiración voluntariamente bajo el agua mientras se descienden grandes profundidades. Aunque hay muchos mitos y leyendas sobre esta práctica, desde los griegos a los precolombinos, su creador en la era moderna fue el húngaro Raimondo Bucher, que descendió 30 metros en apnea frente a Nápoles en 1949.

Tabla de wakeboard

Cuando se mezcla el esquí acuático con el surf, el resultado es que aparece el wakeboard, consistente en deslizar por el agua una tabla, arrastrada por una embarcación, mientras se realizan maniobras sobre ella. Aunque hubo varios precursores de esta idea, las tablas definitivas fueron creadas por Herb O’Brien, un empresario que comenzó a diseñar las actuales tablas simétricas y con fijaciones.

Traje Buggy Rollin

Hay algunos a los que patinar con los pies les sabe a poco. Necesitan crear un traje con 31 ruedas que se distribuyen por todo el cuerpo. Ese fue el caso de Jean-Yves Blondeau en 1995, que dio lugar al deporte denominado Buggy Rollin: consiste en deslizarse con cualquier parte del cuerpo. Pura adrenalina.

Zorb

Inventada por Dwayne van der Sluis y Andrew Akers en 1994, esta gigantesca esfera, construida normalmente con plástico transparente, alberga un globo cerrado de forma hermética donde se sitúa una persona. El deporte –zorbing– se traduce en dejarse caer por una pendiente metidos en esta esfera. Su nivel de popularidad es tal que serán un símbolo de los Juegos de Invierno de Sochi 2014

Tirolina

Los cuerpos de rescate de la región del Tirol (de ahí su nombre), en Italia, utilizaban esta técnica, consistente en deslizarse por un cable con un arnés de seguridad hacia un punto más bajo, para salvar grandes desniveles en operaciones de emergencia. Hasta que se descubrió su valor lúdico.

Bola subacuática

Ludwig von Besuda, miembro del Club Subacuático de Colonia, tuvo la idea de inventar un juego bajo el agua. Con esa premisa creó esta pelota, llenando con agua y sal, en lugar de aire, una pelota de waterpolo. Fue clave para desarrollar distintos deportes bajo el agua, como el rugby subacuático.

Kayak

Este deporte que tantas alegrías nos da cada vez que hay unas Olimpiadas tiene su origen en una necesidad mucho más básica. Kayak significa “bote del cazador”, pues estas embarcaciones las inventaron los esquimales hace 4.000 años como una herramienta para cazar y pescar, utilizando madera varada y pieles de foca.

 

Inventor del mes

Vasily Oshchepkov:(1892-1937)

Lenin quería que el Ejército soviético tuviera un sistema de combate sin armas que pudiesen llamar propio.
Para conseguirlo puso en marcha la potente maquinaria de la URSS, seleccionando a varios individuos expertos en combate sin armas para desarrollar su propia lucha. Uno de ellos fue Vasily Oschepkov, un experto en judo que había estudiado en Japón. Con sus conocimientos sobre este arte marcial, desarrolló el sambo, disciplina deportiva que, hoy día, lucha por entrar en el programa olímpico. Empezó a enseñarse a los soldados del Ejército Rojo con excelentes resultados y una gran aceptación.
Después de diseñar este arte, Oschepkov murió, acusado de ser un espía japonés, en 1937, Si bien se cree que su ejecución fue un ejercicio político para que su superior, Kharlampiev, pudiera atribuirse la creación del sambo. Aunque finalmente no sirviese de nada.