Que CBS, la cadena americana que más bostezos provoca por segundos, se haya hecho con una serie como The Good Wife es digno de mención. Discretamente, pero con paso firme y seguro, la serie creada por Robert y Michelle King se ha ganado un sitio más que merecido entre las mejores series de ficción del momento. Su elegante y consolidado guión, unido a un elenco de actores multiestelar a cual más ‘robaescenas’ y soberbio (en el buen sentido) y una producción cuidada y perfectamente pensada, dan como resultado un producto realmente bueno en el que pones en duda si algún día verás algún capítulo malo o solo ‘aceptable’ de esta magnífica serie estrenada en 2009. Sensación de satisfacción después de cada episodio asegurada.

La serie gira en torno a Alicia Florrick (Julianna Margulies), la mujer de Peter Florrick (Chris Noth), Fiscal del Estado de Chicago. Toma como punto de partida un escándalo político de este por malversación de fondos y acostarse con prostitutas. A pesar de ello Alicia, la buena esposa, se mantiene a su lado mientras cae el chaparrón. Tras esto, Peter va a la cárcel y ella se ve en la obligación de sacar su familia adelante tras estar casi dos décadas fuera del mundo laboral. Vuelve ejerciendo de abogada en Lockhart & Gardner, un prestigioso bufete de Chicago dirigido por su amigo de la Universidad Will Gardner (Josh Charles). Según han reconocido abiertamente los creadores de la serie, la inspiración viene de Eliot Spitzer, ex gobernador de Nueva York, acusado de acostarse con prostitutas ‘de lujo’. De hecho, si vemos el vídeo de la declaración real de Spitzer, podremos apreciar como el discurso de Florrick y el político norteamericano son prácticamente iguales. También es cierto que la mujer del ex gobernador de Nueva York no es la única. Otros como Bill Clinton, John Edwards o Dick Morris también tuvieron que pasar la humillación pública, y lo hicieron con sus mujeres a su lado.

The Good Wife intenta comprender qué mujer se esconde tras una decisión así. Lo más fácil (y quizás lo más sensato), sin duda, sería llamarle cretino, dar un portazo y no mirar atrás. Y no, no es la mujer dependiente y apocada que no sabe qué hacer con su vida el perfil que hay detrás. Sino más bien el de una mujer que sabe qué quiere, cómo conseguirlo, cómo moverse en las arenas movedizas del mundo de la política y con la suficiente elegancia y templanza como para que le ‘resbale’ la opinión pública.

Impresionante elenco de actores

Si bien en la primera temporada se mantuvo firme a un estilo que aún conserva y los capítulos son autoconclusivos, The Good Wife no es un procedimental al uso. Aún mostrando un caso por capítulo, la trama se une entre ellos con una fina tela de araña sublime y elegante. El desarrollo magistral de los personajes y de su personalidad, provocan empatías, buenas o malas, en cuanto salen a comerse, literalmente, la pantalla. De hecho, puede decirse que los actores secundarios son sus niños mimados. De repente, todos los actores de Hollywood quieren aparecer en The Good Wife.

Entre los principales que lideran la serie están personajes tan épicos como los ‘robaescenas’ de Eli Gold (Alan Cumming), asesor de la campaña de Peter; Kalinda Sharma (Archie Panjabi) inteligente y misteriosa investigadora del bufete; Diane Lockhart (Christine Baranski) la feminista y progresista socia fundadora del despacho; David Lee (Zach Grenier) el experto en divorcios sin escrúpulos y Cary Agos (Matt Czuchry) un joven y prometedor abogado. 

A esto se une los cameos y personajes recurrentes de vértigo con los que suele contar. Michael J. Fox, Carrie PrestonMatthew PerryLisa Edelstein están entre ellos. También buena parte del elenco de actores de The Wire. Sería difícil citarlos a todos, pero lo que sí podemos decir es que están cuidadosamente elegidos.

Esto se une a un guión elegante lleno de agudezas, frases lapidarias y humor que oscila del negro al blanco con gran facilidad y que presenta casos de rabiosa actualidad, teniendo incluso un personaje propio para representar a Google (Neil Gross) y otro a su Zuckerberg particular (Patrick Edelstein). Los jueces, abogados y algunos clientes son recurrentes, y por lo general nos alegramos a ver a todos y cada uno de ellos. El juez defensor de las causas de Wall Street, el divertido, la jueza de ‘In my opinion’, los abogados y la jueza del ejército, la abogada pelirroja despistada y adorable interpretada por Carrie Preston, la otra abogada que no deja de tener niños y que tiene cero instinto maternal, la rubia que se las quiere dar de ser tonta pero ya no cuela, el cliente que mató a su mujer y no deja de meterse en líos, el traficante ‘respetable’ al que llevan sus asuntos legales… no faltan personajes y a cuál más trabajado y sorprendente. Diez sobre diez para todos y cada uno de ellos.

Complejas tramas y subtramas

Por si no os habíais dado cuenta hasta ahora, esta es una serie de personajes. Como tal, surgen innumerables historias, anécdotas y subtramas que encajan como un puzzle y con la precisión de un reloj suizo con la trama principal. The Good Wife, de hecho, es el mejor ejemplo de cómo aunar múltiples tramas y subtramas sin olvidarse de dar peso y desarrollar de forma impoluta los personajes principales y secundarios. Incluso los niños, una asignatura pendiente en muchas series.

A pesar de que existe la tensión sexual no resuelta y encuentros románticos entre los personajes, estos no dominan en ningún momento la ‘literatura’ de la serie. Cuestión que es de agradecer. No solo no hay empalago, sino que saben ironizar con las situaciones, como la memorable escena del ascensor de Peter, Will y Alicia (lo cierto es que el ascensor da mucho juego a lo largo de toda la serie). Todo se intuye, se entiende entre líneas, y estas cuestiones suelen quedar muchas veces a imaginación del espectador. 

«No creía en el infierno hasta que conocí a los abogados» afirma uno de los jueces que tiene que ser defendido por un supuesto delito por el bufete de Alicia. Además de moverse en tramas que navegan entre la ética y la moral más oscura y gris, The Good Wife tiene las ventajas de un procedimental y también las de no ser un procedimental, sino un drama, un thriller legal y político en toda regla.

En su texto, en la mayoría de capítulos, se aprecia una aguda crítica a la justicia americana. Capítulos memorables como «In my opinion« (2×09) ponen en evidencia las triquiñuelas del sistema legal estadounidense. Otros, siguiendo su línea general de estar siempre con los temas de la actualidad más candente, hablan sobre Anonymous, Bitcoin, manifestantes de Wall Street, desahucios, escándalos políticos, Siria… 

Esperando la Quinta Temporada (cuidado spoiler)

Tras cuatro intensas temporadas, a cuál mejor, los fans ya esperamos su regreso previsto para el próximo 29 de septiembre (CBS). En la última temporada Alicia nos dejaba con la boca abierta tras su decisión de abandonar tanto a Lockhart & Gardner como, aparentemente, a su marido, para marcharse a abrir un bufete con Cary Agos y caer rendida nuevamente en los brazos de Will. Como siempre, en esta serie nada es lo que parece, por lo que tendremos que esperar a finales de septiembre para salir de dudas. Larga vida a «Santa Alicia»

Capítulo Piloto (1×01)

«Sin ella, Peter es un político que pagó de más por una prostituta. Con Alicia, es Kennedy». Si bien estas palabras no pertenecen al episodio piloto, define muy bien las fuentes de las que bebe la inspiración de los guionistas para la creación de esta serie.

Aunque los creadores reconocen que son muchos los escándalos políticos por malversación de fondos y por relaciones sexuales en los que poder inspirarse (Bill Clinton, John Edwards, Dick Morris…), afirman que estas primeras escenas del capítulo piloto están basadas en el escándalo sexual protagonizado por Eliot Spitzer, acusado de acostarse con prostitutas de ‘lujo’.

La estructura del discurso emitido por Peter Florrick es prácticamente idéntico al del ex gobernador de Nueva York. La postura de su ‘buena esposa’ (Silda Wall) es exactamente la misma que la de Alicia. Y no solo la física. Todo el mundo se preguntaba qué pasaba por la cabeza de estas mujeres para permanecer a su lado. De hecho, Silda fue la enésima mujer en acompañar a su marido ante hechos similares. The Good Wife nos invita a conocer al tipo de mujer que se esconde tras este carácter.

La elección de la profesión de la esposa, tampoco es baladí. Tanto Hillary Clinton como Elizabeth Edwards son abogadas, mujeres que se han reincorporado a su vida laboral tras los ‘incidentes’ maritales.

Para ver el vídeo original de Eliot Spitzer, haz CLIC AQUÍ.

Tratamiento VIP (2×05)

En este capítulo, una masajista acude a Lockhart & Gardner afirmando haber sido acosada sexualmente por el Premio Nobel de la Paz, Joe Kent, uno de los ciudadanos norteamericanos más respetados por su trabajo en África. Su mujer, aún conociendo la culpabilidad de Kent, quiere forzar a que el bufete abandone la idea de representarla. 

Si bien este hecho (con la reacción de la mujer incluida) nos recuerda al escándalo protagonizado por el ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn, el capítulo está basado en el político Al Gore (Premio Nobel de la Paz en 2007). Lo de Strauss fue posterior a la emisión de este capítulo.

Al Gore fue acusado por una masajista de acoso sexual. Esta afirmaba que el Premio Nobel «la había besado y realizado tocamientos no deseados«. Presuntamente, los hechos acaecieron en octubre de 2006 en el Hotel Lucía. Hechos que Al Gore y su familia, a día de hoy, siguen negando (aunque el matrimonio se ha separado). Según sus declaraciones, es una más de las «historias inexactas, difamatorias y engañosas que publican los medios».

Para ver la exactitud de los hechos con el capítulo y la declaración real de la masajista, haz CLIC AQUÍ para leer el artículo de Oregon Live.  

 

Chicas malas (2×07)

En este capítulo Alicia tiene que defender a una joven estrella ‘tipo Disney’ (Sloan) que se ha metido en más de un lío a consecuencia del alcohol y sus fiestas nocturnas. En esta ocasión, la joven está acusada de embriaguez y de atropellar a la hija de un famoso bateador profesional.

El caso nos lleva a acordarnos de personajes como Miley Cyrus, protagonista de Hannah Montana (Disney), papel que la convirtió en un ídolo adolescente en todo el mundo

Un par de años después, en 2009, Cyrus quiso dar una imagen más adulta tras el lanzamiento de su primer EP, lo que le acarreó un buen número de críticas. Tras esto, la joven estrella salió de Disney para proseguir en solitario.

Ha sido protagonista de escándalos en los medios de comunicación y redes sociales por fotos comprometidas, alcohol y por fumar en pipa salvia divinorum

Pero Miley Cyrus no es la única. La historia de adolescente estrella que se acaba estrellando con escándalos de fiestas, sexo o fotos comprometidas es más que recurrente en nuestra sociedad y un tema de candente actualidad.

Nueve horas (2×09)

Carter Wright espera desde hace 10 años en el corredor de la muerte. Está acusado de matar a su esposa. El día de su ejecución, Alicia Florrick recibe una extraña y misteriosa llamada de un funcionario del Tribunal de Apelación del Séptimo Distrito que le pregunta si va a añadir algún Addendum. Ella no tenía la intención de presentar nada nuevo, pero la pregunta abre una nueva esperanza ¿habría todavía alguna posibilidad de salvar a su cliente? el funcionario parecía haberle dado la pista a seguir. Tienen nueve horas para averiguar cuál es la posibilidad que podría dejar a su cliente fuera del corredor de la muerte.

Mientras intentan descubrir qué han pasado por alto, Diane se percata que el el stock del pentotal sódico había caducado. Es uno de los tres ingredientes del cóctel que matarán a Carter Wright, por tanto, si no reciben una nueva dosis, no podrán llevar a cabo la ejecución. En un momento del caso, se plantean cambiar el anestésico, pero el juez rechaza esta opción. 

Curiosamente, unos días después de la emisión de este episodio de la segunda temporada, un juez permitió la ejecución de un preso con pentobarbital (utilizado en animales), ante la escasez de pentotal sódico. Se rumorea que el único laboratorio que lo fabrica en EEUU, Hospira, no está muy contento con el uso que le dan las cárceles a su medicamento, ideado para fines médicos y no para ayudar a matar personas con la polémica pena de muerte. De ahí, su falta de existencias.

Para leer la noticia del juez que permitió el uso de pentobarbital a Oklahoma, haz CLIC AQUÍ

 

Gran Cortafuegos (2×16)

En este capítulo, Will pide ayuda a Alicia con el caso de un disidente chino encarcelado y torturado en su país: Shen Yuan. El acusado no es otro que el buscador Chumhum (cachondo nombre), propiedad de Neil Gross, que hace de ‘hombre Google’ en esta serie (Zuckerberg también tiene su reflejo en Patric Edelstein).

En este capítulo, Gross es acusado por el disidente por haber revelado su IP al gobierno chino cumpliendo la legislación del país. Un tema que nos suena. Alicia se da cuenta de que todo lo que habían hecho no era por hacer el bien, sino una estrategia para conseguir que Chumhum se retirase de China y permitir de esa forma que la red social de Edelstein monopolizara la red. Recordemos que Google cesó sus actividades en el mercado chino hace unos años.

Son muchos los ejemplos de esto en la vida real, y desgraciadamente también relacionados con disidentes. 

Otro ejemplo ocurrió en octubre de 2011. El Gobierno de EEUU solicitaba a Google que revelara los datos de las cuentas de correo de voluntarios de Wikileaks. En 2010, el gobierno estadounidense requirió a Twitter todos los mensajes privados y datos personales que hicieran alusión a Wikileaks o a su fundador, Julian Assange. Twitter ha sido de los pocos que se han negado a entregar esta clase de información.

(Sigue los links del texto para ver más información sobre los casos reales)

Relaciones Exteriores (2×20)

Son pocos los seguidores fieles de The Good Wife que no nos sorprendimos con este capítulo.

En esta ocasión, el bufete de Lockhart & Gardner se ve obligado a trabajar con Fred Thompson y el gobierno venezolano en un caso petrolero. El bufete de Alicia defiende a una pequeña empresa contratista de perforación contra la industria petrolera en un caso legal que va más o menos bien hasta que (palabras literales del canal oficial de la CBS): «un dictador sudamericano complica la situación».

Lo curioso es que aquí no inventan a un dictador para el capítulo, sino que afirman que es venezolano y se llama Hugo Chávez. Además, dicho dictador cambia las leyes a su antojo para que le beneficien y afirma haber recibido un premio como defensor de los Derechos Humanos de Muamar Gadafi. No se le ve la cara, solo de cuello para abajo, un poco más flaco que el dirigente venezolano, en ropa de sport y con una más que conocida chaqueta roja.

La crítica es tenaz, firme y queda muy pero que muy clara. El político es retratado como grosero, prepotente y fuera de tono. El debate está servido.


Whiskey Tango Foxtrot (3×09)

Una vez más, la trama de la serie se guía de la rabiosa actualidad. En este capítulo, el ‘robaescenas’ de Eli Gold lidera el equipo de gestión de crisis de un lobby del queso.

Se le acusa de haber contaminado un comedor escolar con listeria con su producto, un hecho que se ha dado más de una vez en los comedores de EEUU. Tanto antes como después de la emisión del episodio.

Además, en aquellos momentos estaba de moda en los medios el lobby alimenticio, pues se discutía en el congreso el menú de los comedores escolares, incluso hablaban de cuánta salsa de tomate debía llevar un alimento como la pizza para considerarse una comida tan nutritiva como un vegetal (¡!).

The Good Wife además, deja claro que de lo que se está hablando aquí no es de nutrición infantil, sino de dinero. Los presupuestos escolares para el comedor son subvencionados por el gobierno federal anualmente con 13 billones de dólares. Los fabricantes de comida rápida no quieren quedarse sin su parte del pastel, de ahí que quieren destacar dentro del gráfico Choose My Plate, la nueva pirámide alimenticia. Como es evidente, buscan que sus productos sean recomendados en el nuevo plan.

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Bitcoin for Dummies (3×13)

Un abogado muy ‘especial’, defensor de los activistas de Wall Street, entra apresurado en el bufete de Alicia. Le pisan los talones unos agentes del Departamento del Tesoro que quieren obligarle a revelar el nombre de su cliente: el creador de Bitcoin.

En el juicio, se debatía si los bitcoins eran o no una moneda. El fiscal pretendía defender que sí lo era, y que por tanto debería estar sometida a las leyes del Tesoro. Alicia defendía la postura contraria, pues no en cualquier sitio se pueden utilizar Bitcoins y son meramente para intercambios en ciertos sitios.

No es falso, los reguladores de EEUU quieren supervisar el Bitcoin. En marzo, «el Tesoro de Estados Unidos señaló que todas las empresas que se dedicaran al intercambio y transferencias de la moneda virtual deberían proporcionar toda la información al Gobierno y estarían regidas por unas normas concretas para prevenir el blanqueo de dinero.»

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Equipo rojo, equipo azul (4×14)

Will y Diane deben defender a una empresa de bebidas energéticas. Los demandantes son la familia de una chica que murió tras su ingestión. 

Por primera vez, asistimos a un ensayo de un juicio, en el que Will y Diane harán de abogados defensores y Alicia y Cary de la acusación. Añadiendo a que estos dos últimos estaban cabreados por su situación laboral, la tensión en este ‘juicio fingido’ podía mascarse en el ambiente. Alicia y Cary van a por sus jefes con todo lo que tienen.

El caso, no exento de polémica, nos recuerda a la empresa de bebidas energéticas Monster. Hace aproximadamente un año, las autoridades sanitarias de EEUU tuvieron que hacer públicos los informes que recogían que cinco personas habían muerto en los últimos tres años tras ingerir estas bebidas. El caso más sonado fue el de Anaïs F., de 14 años. Sus padres, de Maryland, iniciaron una demanda contra Monster por la muerte de su hija, que había fallecido de un paro cardíaco tras el consumo del refresco energético.

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Sex Dolls and Videotape (4×20)

La actualidad vuelve a apoderarse de las tramas de The Good Wife. En este capítulo, se invoca la memoria del difunto Aaron Swartz, ya que explora los límites entre Anonymous, activismo de Internet e idealismo.

En esta ocasión, Lockhart & Gardner representa en un juicio civil a una adolescente, que denuncia a un compañero de clase de violación. Pero el tema se enreda cuando el juez manda a la joven a la cárcel por denunciar públicamente en Twitter a su presunto violador, violando así la orden de silencio y negándose también a pedir disculpas al ‘afectado’.

Paralelamente, los hijos de Alicia comienzan a recibir vídeos anónimos que pueden servir como prueba para acusar al violador. El juez no quire admitir este material audiovisual, pues asegura que se ha obtenido por procedimientos no legales. Esto hace que Anonymous se implique aún más en el tema, llegando a perjudicar el caso en algunas ocasiones y cabreando al juez.

Este caso evoca un caso de violación de Steubenville, Ohio en el que Anonymous se implicó directamente filtrando vídeos del supuesto violador, y el de Savannah Dietrich, una estudiante de Kentucky que denunció públicamente en Twitter a sus agresores y fue condenada por ello.

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