9 hermanas

Cada una de las hijas de Zeus era la protectora de un arte diferente.
Además de inspirar a los artistas, las musas eran el harén de Apolo, quien gozaba con ellas y con quien bailan en esta pintura renacentista de Baldassare Peruzzi.
1.- Urania: La protectora de la astronomía. Algunos artistas la representaban sosteniendo un planeta.
2.- Terpsícore: La ninfa de la danza. También tuvo un hijo de sus escarceos con Apolo: el poeta Lino.
3.- Calíope: Es la mayor de las hermanas, e inspira la poesía heroica. De su relación con Apolo nació Orfeo.
4.- Polimnia: La más seria de todas las hermanas. Tal vez porque era la protectora de la geometría.
5.- Clío: Musa de los historiadores. Se la representaba leyendo un pergamino o con un cofre de libros.
6.- Melpómene: Reina de la tragedia. Cuando se aparecía a los artistas, usaba la máscara de un rostro apenado.
7.- Erato: Inspiradora del romanticismo y de la poesía amorosa. Su atributo distintivo era una lira.
8.- Talía: La diosa del humor y la comedia. Su atributo era una máscara humana con una sonrisa.
9.- Euterpe: La protectora de la poesía lírica y de la música. Los artistas la representan con una flauta.

Un pintor entre el cielo y el infierno

William Blake halló la inspiración en enfermizas visiones fantasmales. Cuando murió su hermano, en 1787, creyó ver cómo el alma huía de su cuerpo, y plasmó la imagen en un grabado sobrecogedor.

Diosa lésbica

Además de inspiradora de la comedia, Talía era la musa más sexy. Por eso, en 612 a. C., la poetisa Safo le consagró un templo en la isla de Lesbos. Aquí la vemos (a la izquierda) junto a su hermana Calíope en un lienzo de Francesco Furini.

Pesadillas alcohólicas

Edgar Allan Poe vivía martirizado por las secuelas del delírium tremens. Veía un gato putrefacto y tuerto, y escuchaba latir un corazón enterrado bajo su dormitorio. Tétricas alucinaciones que le inspiraron relatos geniales.

Elogio del esfuerzo

Aunque Picasso pintó en 1935 el lienzo La musa, el pintor declaraba: “La inspiración existe, pero tiene que pillarte trabajando. No creo en las musas que aparecen de forma caprichosa”.

El secreto de las serpientes

El químico August Kekulé contaba que en 1890 descubrió la estructura del benceno al quedarse dormido. El científico soñó con una danza de átomos que se convertían en serpientes que se mor­dían la cola. Al despertarse, Kekulé ordenó los átomos de carbono e hidrógeno siguiendo esa figura de ofidio enroscado.

Ninfas reales

Helo Pinheiro fue una brasileña de 17 años cuyos paseos en bikini por la playa enloquecieron al músico Antonio Carlos Jobin, que quiso abandonar a su esposa e hijos para casarse con ella, y a Vinicius de Moraes, que le compusieron una canción, La chica de Ipanema.

Ninfas reales

Más tortuosa fue la pasión de Alfred Hitchcock por Tippi Hedren, a la que acosaba constantemente; aunque ella, que sentía repugnancia por su aspecto físico, siempre
le rechazó. El maestro del suspense se enamoró de la actriz, tras verla en un anuncio de aspiradoras.

Ninfas reales

En cambio, Beatriz Portinari ha pasado a la historia como el símbolo de la virtud. Tenía 15 años cuando Dante Alighieri se enamoró platónicamente de ella, y tras su muerte en 1290, el poeta escribió en su honor La divina comedia.

Así se inspiran algunos genios literiarios

Por su parte, Mario Vargas Llosa trabaja siempre rodeado de figuritas de hipopótamos, animal que algunas tribus africanas consideran símbolo de la potencia sexual.
El autor cree que los fetiches transmiten la fertilidad de los paquidermos a su trabajo.

Así se inspiran algunos genios literiarios

Hasta los escritores más consagrados recurren a fetiches o rituales para provocar la inspiración. Isabel Allende dice que le trae suerte empezar sus novelas un 8 de enero. ¿Por qué? Ese día, del año 1981, falleció su abuelo materno. Para exorcizar su pena comenzó a escribir, y acabó alumbrando su primera novela, La casa de los espíritus.

Así se inspiran algunos genios literiarios

Para Gabriel García Márquez su amuleto es una flor amarilla, su color de la suerte. Aunque desde luego no le sirve cualquier tono: “Es el amarillo del Caribe a las tres de la tarde visto desde Jamaica”, explica el premio Nobel.