A mediados de 2001 se produjo un descubrimiento excepcional. Numerosos técnicos que trabajaban en la instalación de líneas telefónicas en la ex base militar soviética de Vilnius –capital de Lituania– se toparon con ropas militares, botones y artefactos de otra época. Sin saberlo, habían localizado una fosa común donde reposaban más de 3.000 soldados de Napoleón. Todos ellos murieron por culpa del hambre, del frío y del tifus cuando escapaban de los rusos en diciembre de 1812. Muchos bonapartistas, al caer de sus caballos, sufrieron fracturas que se curaron de forma defectuosa, tal como han demostrado los recientes análisis de restos óseos.

Las monedas

Son algunos de los múltiples restos encontrados entre las víctimas.

Fosa común

Se han encontrado decenas de cuerpos de soldados que no superaban los catorce años de edad. Muchos soportaron temperaturas de hasta 40 grados bajo cero.

Heridas de muerte

Tras haber sido arrojados a la fosa común, las tibias y brazos de un número considerable de soldados resultaron dañados.

Hallazgo revelador

Los investigadores han registrado evidencias del agente patógeno del tifus y de la llamada fiebre de las trincheras. También hay restos de amputaciones.

Mirando a la historia

“Es una oportunidad única para probar algunas claves históricas de la retirada. Con estos restos estamos mirando directamente a la historia”, señala Olivier Dutour, antropólogo forense de la Universidad de la Sorbona y responsable de la investigación.