Algunas desaparecieron hace decenas de años. Las obras de arte robadas y no recuperadas se venden por apenas un 10% de su valor, y aun así generan 8.000 millones de euros anuales. Pero ¿dónde están? ¿Quién se arroga el derecho de contemplarlas en soledad?

De las 693 obras que se han robado de Picasso, 572 siguen en paradero desconocido. Lo mismo ocurre con Rembrandt, que aún tiene 173 pinturas sin localizar. La cifra asciende a 56 en el caso de ModiglianiLa lista es interminable y las recompensas por facilicitar pistas válidas para su localización pueden llegar a los cinco millones de dólares.

Cabeza de arlequín (1971)

Pablo Picasso. Sin tasar

El lienzo acaba de ser robado en Holanda, en la exposición que la Fundación Triton organizaba con motivo de su 20 aniversario. Junto a él se han sustraído Mujer leyendo en negro y amarillo (1919) de Henri Matisse, El puente Waterloo de Londres y El puente de Charing Crosse de Londres (1901), de Claude Monet, Mujer delante de una ventana abierta, llamada la novia (1888), de Paul Gauguin, Autorretrato, de Meyer de Haan, y «Mujer con los ojos cerrados» (2002), de Lucian Freud, todos ellos pertenecientes a la colección privada de
Willem y Marijke Cordia. Era la primera vez que los exhibían. Pobres…

Concierto (1658-1660)

Johannes Vermeerr. 150 millones de euros
Probablemente, de los cuadros robados y no recuperados este sea de los más caros. Fue uno de los sustraídos  del Museo Isabella Stewart Gardner en 1990.

Vermeer van Delft dedicó varias de sus obras a la música. En total se conserva una treintena de ellas. Otras, sin embargo, se han perdido.

Aunque es valoradísimo hoy, Vermeer tuvo ingresos limitados en vida. Su viuda incluso tuvo que renunciar a la herencia para pagar a los acreedores.

El niño con chaleco rojo (1890)

Paul Cézanne, 68,5 millones de euros
A plena luz del día. Faltaba media hora para el cierre de las instalaciones de la Colección Bührle de Suiza. Tres asaltantes encapuchados entraron en el edificio. Era febrero de 2008. Mientras uno de ellos retenía a los visitantes y al equipo directivo a punta de pistola, los otros dos desmontaban de sus marcos varias obras impresionistas y postimpresionistas. ¿Un encargo? Probablemente, no. Los ladrones dejaron allí cuadros de mucho más valor que los que se llevaron.

La mujer del abanico (1919)

Modigliani, 24 millones de euros
Fue robada junto con Paloma con guisantes, de Picasso, del Museo de Arte Moderno de París en 2010. Lunia Czechowska, la mujer del cuadro, conoció al pintor por medio de un matrimonio amigo. Secretamente enamorada de Modigliani, escribió: “Mientras me pintaba, no dejaba de sonreír, beber vino y lanzar exclamaciones en italiano”. En total, el artista pintó diez lienzos de Czechowska.

En 1920, cuando Modigliani agonizaba, tres mujeres le acompañaban: Jeanne Hébuterne, la madre de su hija y su último amor; Hanka Zborowski, la esposa de su mecenas; y la propia Lunia.

La paloma con guisantes (1911)

Picasso, 24 millones de euros
Retiraron el cristal de una de las ventanas del Museo de Arte Moderno de París y entraron. Así de fácil. Por qué los sistemas de seguridad fallaron aquella madrugada del 20 de mayo de 2010 es una incógnita. Lo mismo que el paradero de las obras. Algunas investigaciones aseguran que las alarmas estaban obsoletas y que fueron traficantes de droga o de armas los que perpetraron el atraco para obtener liquidez.

En la actualidad, 572 obras de Pablo Picasso robadas siguen sin recuperarse.

Paisaje con un obelisco (1638)

Govaert Flinck, 15 millones de euros
Atribuida durante algún tiempo a Rembrandt, esta obra del holandés Govaert Flinck fue una de las que se sustrajeron del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston aquel fatídico 17 de marzo de 1990. El valor total del robo, en el que hubo cuadros de Rembrandt, Degas y Vermeer, se estimó inicialmente en 500 millones de dólares, aunque luego la estimación se bajó hasta los 100. En la actualidad hay una recompensa de 5 millones de dólares para quien facilite la localización de las obras. Mientras aparecen, los marcos vacíos siguen colgados de la pared, como si nada hubiera pasado.

Tormenta en el mar de Galilea (1633)

Rembrandt, 50 millones de euros
A la 1:24 h de la madrugada del 17 de marzo de 1990, dos hombres vestidos de policía llamaron a la puerta del Museo Isabella Stewart Gardner, Boston con el pretexto de examinar “ciertos movimientos sospechosos en el sótano”. Confiados, los guardas permitieron su paso sin imaginar que minutos después estarían esposados. Se produjo así el robo más importante de la historia del arte, según investigadores del FBI. Entre los cuadros sustraídos, esta Tormenta en el mar de Galilea, de Rembrandt, la única marina que se conoce del autor holandés. Veintiún años después, el caso sigue sin resolverse, aunque dos personas relacionadas con la mafia, David Turner y Carmello Merlino, fueron arrestadas por ello.

Natividad con san Francisco y san Lorenzo (1609)

Caravaggio, 30 millones de euros
Durante tres siglos estuvo presidiendo el oratorio franciscano de san Lorenzo en Palermo. Hasta que en 1969 unos desconocidos, aprovechando la noche, la sustrajeron del altar. La mafia, dijeron algunos. En 1996, un ex miembro de la organización afirmó que había sido destrozada al desprenderla del marco. Poco después, Salvatore Cangemi, también de la Cosa Nostra, lo desmintió y aseguró que esta Natividad preside actualmente las reuniones de la mafia al más alto nivel.

El conde de Lepic y sus hijas

Degas 8 millones de euros
Fue robado junto a otras tres obras de la colección Bührle de Zúrich el 10 de febrero de 2008. En una espectacular operación, la policía suiza recuperó días después dos de ellas. El niño del chaleco rojo y ésta siguen en paradero desconocido.