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Los primeros astrobiólogos eran considerados marginales.
El interés por la astrobiología comenzó con la carrera espacial. Hasta ese momento, los científicos que incluían la palabra “extraterrestre” en sus trabajos eran considerados fringe (o marginales). Uno de los primeros trabajos científicos publicados en este recién nacido campo de la ciencia iba firmado por Carl Sagan, además de por Joshua Lederberg. Se titulaba Microambientes para la vida en Marte, y se publicó en 1962 en la revista PNAS.

Exoplaneta GJ 1214b, un posible candidato para albergar vida.
El desarrollo de métodos de detección de exoplanetas ha permitido a los astrónomos encontrar casi 500 cuerpos extrasolares orbitando a estrellas vecinas durante los últimos años.
Los últimos exoplanetas descubiertos, como GJ 1214b, son mundos más livianos y rocosos. El citado cuenta incluso con agua y atmósfera, como la Tierra.

Marte y Europa. ¿Vida subsuperficial?.
Para Nathalie Cabroll, (geóloga planetaria de la NASA y experta en ambientes extremos), en Marte existen bolsas de agua subterráneas, cuya presencia conocemos por las fotografías tomadas a algunos afloramientos de líquido que se congela al llegar a la superficie. Estas masas de agua ocultas a la radiación podrían tal vez ser el último reducto de vida que quedase en el Planeta Rojo. En nuestro Sistema Solar existen otros cuatro puntos calientes con posibilidades de albergar vida extraterrestre. Se trata de cuatro lunas que orbitan a los dos gigantes gaseosos de nuestro “patio trasero”: Encélado y Titán (en Saturno), y Europa e Ío (en Júpiter). Especialmente esperanzadores son los casos de Encélado y Europa, cuyas superficies están cubiertas por hielo de agua. Se especula con la presencia de mares de agua líquida bajo los casquetes perpetuos. Y donde hay agua líquida puede existir alguna forma de vida.

¿Y si nosotros fuéramos los marcianos?
El astrobiólogo británico Paul Davies cree que es factible que la vida en la Tierra se haya originado en Marte. En su opinión, el Planeta Rojo se enfrió primero por ser más pequeño que la Tierra, por lo que el agua líquida y las condiciones para que surgiera la vida se dieron allí antes que en nuestro mundo. Más tarde, el impacto de un meteorito pudo levantar un trozo de superficie marciana cargado de vida, el cual, tras atravesar el espacio que separa nuestros mundos, pudo caer en la Tierra sembrando las semillas de la vida. La Panspermia no suele agradar a los científicos que estudian el origen de la vida, puesto que no ofrece una solución a cómo surgió esta, sino que simplemente cambia el lugar de origen.

Criaturas que regresaron vivas del espacio abierto
En 2007, el orbitador de la ESA Foton-M3 llevó a bordo unos pequeños tripulantes, tardígrados. Se los expuso a condiciones de espacio abierto en órbita baja, y para sorpresa de los investigadores, no solo sobrevivieron, sino que una vez de regreso continuaron reproduciéndose. Recientemente, científicos británicos de la Open University recolectaron una muestra de roca cargada con múltiple variedad de bacterias en los acantilados de Beer y la enviaron a la ISS para ver cuánto eran de resistentes a las exigentes condiciones del espacio abierto. De vuelta a la Tierra, descubrieron que ciertas cianobacterias habían regresado vivas. Los astrobiólogos se preguntan si estos duros organismos terrestres lograrían sobrevivir en Marte. Para David Morrison, de la NASA, la respuesta podría ser “sí”, siempre que se evitase la superficie marciana, asolada por las radiaciones solares.

Meteorito ALH 840001. ¿Los primeros extraterrestres?
En 1996, un meteorito hallado en la Antártida saltó a la fama cuando la NASA y la Casa Blanca anunciaron que en la piedra, de origen marciano, aparecían posibles huellas fosilizadas de vida extraterrestre. Aquel meteoro, llamado Allan Hills 840001, suscitó un debate que aún perdura. La presencia de altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos y el hallazgo de cristales alineados de magnetita, similares a los excretados por ciertas bacterias subterráneas, hicieron pensar que este trozo de Marte podría contener restos de vida.

Extraterrestres inteligentes. ¿Hay alguien ahí?
Hasta el momento, todos los proyectos SETI (siglas para búsqueda de vida extraterrestre) emprendidos con la intención de comunicarse con otros hipotéticos seres de la galaxia han arrojado resultados decepcionantes. Si de verdad existen, están muy lejos del alcance de nuestros instrumentos, o prefieren guardar silencio. Desafortunadamente, desconocemos los valores de muchas de las variables implicadas en la famosa ecuación que Frank Drake creó para calcular el número de potenciales civilizaciones extraterrestres presentes en la Vía Láctea, por lo que el resultado real puede variar entre “una” (solo nosotros) y “muchas”, en función del optimismo o pesimismo de las estimaciones. Sea como fuere, las recientes mejoras en la tecnología, que han hecho posibles la detección de varios cientos de exoplanetas, han llevado a Seth Shostak, veterano astrónomo del Instituto SETI, a afirmar que el contacto con ET podría producirse tan pronto como en 2025. Algo que, en su opinión, confirmaría su propio cálculo de la ecuación de Drake, cuyo resultado arroja 10.000 civilizaciones capaces de crear transmisores de radio solamente en la Vía Láctea.

¿Conoces el cuento de los tres osos?
Los astrobiólogos se refieren a la estrecha zona de habitabilidad circunestelar como zona Ricitos de Oro. Igual que en el cuento de Los tres osos, la Tierra se encuentra en un lugar especial, ni demasiado frío ni demasiado caliente (como el tazón de gachas), de modo que el agua líquida puede existir. Si hubiera estado un poco más cerca del Sol, la temperatura sería asfixiante, y de haber estado un poco más lejos, nuestro clima sería gélido.

Muerte en el espacio.
Si en un futuro viaje a Marte un tripulante falleciese, no se le enterraría allí, para no causar un desembarco bacteriano terrestre. De hecho, se ha propuesto un método alternativo llamado Promession, consistente en congelar y pulverizar el cuerpo del astronauta para convertirlo en 25 kilos de compost transportables de vuelta a la Tierra.

Gliese 518G. El planeta que podría ser la nueva Tierra
Quizá ha sido el descubrimiento más colosal del año. Situado a veinte años luz de la Tierra, este exoplaneta cumple con las condiciones de temperatura y gravedad para ser considerado potencialmente habitable. Te descubrimos sus secretos.

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