¿Es normal que se ponga de moda saltar borracho desde un balcón? La estupidez humana no tiene límites ni conoce fronteras, y aquí te mostramos varios ejemplos de ello. Once «juegos» (por llamarlos de alguna manera) que pueden costarte la vida.

Los bebés voladores

Si hay algo que resulta especialmente estremecedor, son los ritos y prácticas (aparentemente peligrosos) que involucran a niños. En la ciudad de Solapur, India, tienen la tradición de lanzar a los recién nacidos desde una altura de quince metros a una lona que está en manos de los devotos. Los pequeños son arrojados desde el techo de un templo. Esta es una tradición muy antigua (dicen que tiene más de quinientos años) y aunque parece realmente peligrosa, sus partidarios afirman que nunca se ha producido un accidente. Pero ya se sabe… siempre hay una primera vez para todo. Ver vídeo en: http://www.youtube.com/watch?v=RbpRPaIpj1s&feature=related

El salto del Colacho

Aunque no hace falta irse hasta la India para encontrar rituales bizarros con niños como pasivos protagonistas. Sin ir más lejos, aquí en España, en la localidad de Castrillo de Murcia (Burgos), se celebra desde 1621 el día del Corpus Christi con un acto que a muchos les parece espeluznante. Es el llamado «salto del Colacho», en el que un hombre, generalmente joven y ágil, disfrazado de una peculiar encarnación del diablo, salta por encima de hasta doscientos niños tumbados sobre colchones a lo largo de la cale principal. La tradición dice que de esta manera los recién nacidos quedan protegidos de sufrir a lo largo de su vida el mal de hernia. Las autoridades locales afirman que nunca ha habido en toda la historia de esta extraña fiesta, ni un solo caso de un niño herido o lesionado. Si elos lo dicen… nosotros nos lo creemos.

Train surfing

Nos encontramos frente a un «deporte» extremo que está dejando decenas de muertos y heridos en diversos paises europeos. El Train Surfing consiste en viajar sobre la carrocería de un tren en movimiento, ya sea agarrado a los costados, tumbado entre las ruedas o de pie en el techo. A partir de 2000, este «jueguecito» comenzó a hacerse fatalmente popular en países como Reino Unido,  Alemania o Dinamarca. En 2009 hubo catorce muertos solo en Inglaterra. Y es que a la posibilidad de sufrir una caída tras dar un mal paso,  se unen otros muchos riesgos cómo los postes que cruzan a granvelocidad, los túneles y los peligrosos cables de alta tensión, que han llevado a varios participantes a morir electrocutados.

La batalla de Chios

Parecía que las guerras de religión eran cosa del medievo. Pero no, en la isla de Chios, en Grecia, se celebra cada año el inicio de la Semana Santa, con el enfrentamiento entre dos iglesias ortodoxas rivales. ¿Las armas? Cohetes y fuegos artificiales. Los dos templos se enfrentan así en una batalla luminosa y ensordecedora en la que más de 50.000 proyectiles vuelan entre uno y otro edificio. El vencedor es el primero que logre alcanzar la campana de la iglesia rival.
Dicen que esta tradición comenzó en 1889, cuando los invasores turcos confiscaron  los cañones de los lugareños, y estos replicaron lanzando coehetes caseros.  Cada uno de los dos bandos se había refugiado en uno de los templos que ahora rememoran el enfrentamiento. Cada año la festividad se salda con decenas de heridos, pero la edición de 2010 adquirió tintes trágicos con la explosión de uno de los almacenes donde se guardaba el material pirotécnico y que causó dos muertos.

Bodas a tiros

Lo normal en una ceremonia nucial, es recibir a los novios a la salida del templo lanzándoles puñados de arroz. Pero son varias las culturas, desde los apaches de Nuevo México hasta algunas tribus de Irak y Afganistán, que celebran las bodas disparando al aire rifles, revólveres y todo tipo de armas de fuego. Y claro, las tragedias están a la orden del día. ¿La más reciente? En Turquía, el 9 de agosto, durante una boda celebrada en la localidad de Ackagoze. El novio (con unas copas de más) festejó el enlace disparando un AKA 47, con tan mala fortuna que mató a su propio padre y a dos tíos.

La guerra del fuego

Si vas en verano a Nejapa, en El Salvador, ten mucho cuidado de no salir con el culo en llamas. Porque cada 31 de agosto se celebra en esa localidad la llamada Batalla de las Bolas de Fuego, en la que dos bandos, formados por decenas de personas se lanzan bolas incendiarias hechas de trapo y alambre, y remojadas con gasolina y gas. Esta incendiaria festividad se remonta a 1922,y sobre su origen hay varias verisones.  Una, cuenta que conmemora la batalla entre San Jerónimo y el Diablo, quienes se lanzaron entre sí bolas de fuego. Y otra, afirma que surgó para celebrar el hecho de que la lava del volcán de San Salvador no dañó a la ciudad cuando entró en erupción en 1917. Sea como sea, en esta batalla no existen reglas de ningún tpo, y hasta los turistas y los curiosos pueden ser agredidos con las bolas inflamables. Lo raro es que, al parecer, solo ha habido siete muertos desde que comenzó a celebrarse esta llameante fiesta.

La carrera del queso

Hasta este año, cada 29 de mayo se celebraba en la localidad británica de Cooper´s Hill, una competición realmente «apasionante»: la carrera del queso rodante. Dicho festejo tiene confirmados doscientos años de antigüedad, aunque algunos afirman que se remonta a tiempos de los romanos. La fiesta consiste en lanzar un enorme queso desde lo alto de una elevada colina. Rodando por la pendiente, la bola láctea llega a alcanzar velocidades cercanas a los 100 km/h. Y detrás de él se lanzan los mozos tratando de atraparlo. La mayoría acaban la competición con contusiones de diverso tipo e incluso, en la edición de 2009, murió un conejo arrollado por la muchedumbre.  Pero las autoridades prohibieron que se siguiera celebrando este evento. La causa no fue la muerte del pobre roedor, sino el hecho de que el año pasado asistieron más de 150 mil personas, una cantidad tres veces mayor de la que cabe en los alrededores. Y las estimaciones de asistencia para este año 2010 eran aún  mayores. Así que para evitar que pudiera producirse una trágica avalancha, se suspendió la peculiar fiesta.

El balconing

Ha sido la «estupidez reina» del verano 2010. Una estupidez letal todo hay que decirlo. Decenas de jóvenes turistas, principalmente británicos, alemanes y holandeses, se han dedicado estos días estivales en ciudades como Benidorm o Ibiza, a saltar desde el balcón de la ventana de su hotel, a la terraza de al lado, a la piscina… Haciéndolo además con varias copas de más.  El resultado han sido once muertos y cuarenta y nueve heridos en lo que va de año. La policía y los servicios de asistencia de las citadas localidades ya les ha puesto un apodo a estos imprudentes jóvenes: «los precipitados».

Planchado extremo

Va a resultar difícil encontrar una práctica más absurda que el llamado «planchado extremo». Se trata de un «deporte» inventado en 1997 por Phil Shaw y que consiste en transportar una tabla de planchar a un lugar remoto (por ejemplo la cima de una montaña…) y ponerse allí a quitarle las arrugas a la ropa.  Existe hasta una organización para los fans de esta práctica llamada Extreme Ironing, en la que avisan: «La Organización de Planchado Extremo no acepta responsabilidades por accidentes causados por la participación en este deporte». De momento no se conocen víctimas ni heridos dedicándose a este singular juego, así que parece que sigue siendo mucho más arriesgado planchar en la intimidad del hogar donde las quemaduras en manos y brazos están a la orden del día.

El ajedrez boxeo

En 2003, un artista alternativo holandés afincado en Berlín y llamado Iepe Rubingh, tuvo la idea de crear el ajedrez boxeo, un híbrido «entre el deporte de concentración más antiguo del mundo y el deporte de lucha más anciano», según su propias palabras. Las reglas son simples. No existen categorías ni divisiones por peso. Un combate consta de once rounds: seis de ajedrez y once de boxeo. Los primeros duran cuatro minutos y los de pugilismo, dos. El que gana primero en una de las dos modalidades, ya sea por KO o jaque mate, es declarado vencendor.