El hallazgo en Milán de más de cien dibujos del maestro italiano desvela un misterio. Pero el mayor de todos los que le han rodeado desde hace 400 años es otro, y también se aclaró hace poco. ¿Dónde estaban enterrados los restos de Caravaggio? ¿Por qué la fecha de su muerte no aparecía reseñada en el Libro Mortuorio, tal y como era costumbre? Y la cuestión más enigmática: ¿había sido asesinado el artista, tal y como se ha especulado en numerosas ocasiones?

Pues bien, parece que por fin hay respuestas a todos esos enigmas. Silvano Vinceti, presidente para la Valorización de los Bienes Históricos y Culturales, afirma que han encontrado los restos del pintor en un osario de Porto Ercole, en la Toscana italiana. Es el resultado de una investigación que comenzó en 2004 y en la que se han utilizado las más modernas técnicas de datación genética. ¿El resultado? Vinceti está convencido de haber descubierto la causa del fallecimiento del artista.
Una muerte ocultada por interés

El 1610, las tropas de la guarnición española de Palo detuvieron a un pasajero de un barco que había hecho escala. Se trataba de una confusión, ya que no era el hombre que buscaban los soldados, sino el pintor Michelangelo Merisi da Caravaggio. Aunque venía huyendo de la Justicia por un asesinato cometido, el virrey español le admiraba tanto que ordenó que le liberaran.

Así fue, aunque su barco ya había partido sin él. El artista decidió seguir su ruta en una pequeña barca pesquera. Pero su salud era tan frágil que solo pudo llegar hasta Porto Ercole, localidad donde había otro fuerte español. Fue acogido en la guarnición y falleció tras un par de días de agonía. Lo que se desconocía hasta ahora era la fecha de su muerte y el lugar donde depositaron sus restos, ya que no se registró ninguna inscripción en el Liber Mortuorum de la parroquia sobre su deceso.

El gobernador español, Matías López, no comunicó la muerte del pintor hasta el 18 de julio de aquel año, fecha que hasta ahora se ha considerado como la oficial de su fallecimiento. Creencia que se vio reforzada tras la aparición en 2001, en la parroquia napolitana de Santa María Auxiliadora, de la supuesta partida de defunción del artista, que estaba fechada efectivamente el 18 de julio.

Pero ahora, la versión oficial de la historia ha dado un giro radical gracias a la investigación realizada por el equipo de genetistas y antropólogos que coordina Silvano Vinceti: “Ese certificado es falso”, asegura. “Caravaggio murió en una fecha anterior, pero los españoles ocultaron la noticia para ganar tiempo y hacer acopio de la mayor cantidad de obras del artista para enviárselas al rey Felipe III”. Entonces, ¿cuándo falleció el pintor?

Según Vinceti, más de un mes antes de dicha fecha. El investigador ha llegado a esta conclusión tras el hallazgo en unos documentos de la parroquia local de Porto Ercole de una inscripción que dice: “El 2 de mayo, Michelangelo, muerto en el hospital local, fue sepultado en el cementerio de San Sebastiano”. ¿Pero es realmente el pintor el Michelangelo al que se refiere dicha anotación? Algunos historiadores tienen serias dudas y consideran que se trata de un indicio muy débil. Pero basándose en él, Silvano Vinceti ha realizado una investigación colosal.
Buscando descendientes

El investigador y su equipo recogieron centenares de huesos procedentes del osario de San Sebastiano, donde se depositaban los restos de las personas desconocidas o cuya identidad se quería ocultar. El primer paso para cribar todos aquellos restos óseos fue someterlos al examen del carbono 14 para determinar cuáles pertenecían a la época en la que vivió el artista.

Los huesos seleccionados fueron analizados para buscar restos de plomo. ¿La causa? Se sabe que Caravaggio padecía saturnismo, una enfermedad provocada por la intoxicación por plomo que formaba parte de la composición de las pinturas de la época.
Los restos que superaron ambas cribas tuvieron que someterse a una tercera prueba: la del ADN. “Fue un reto difícil encontrar muestras actuales para compararlas con las que tomamos de los huesos”, explica Vinceti. Caravaggio no tuvo hijos, y solo una hermana suya, Caterina Merisi, tuvo descendencia.

A falta de descendientes directos, los investigadores pidieron voluntarios entre los habitantes de Milán que se apellidaban Merisi. Solamente seis personas acudieron a la llamada, y tras realizar las pruebas genéticas pertinentes encontraron que existían concordancias entre las muestras tomadas de los supuestos restos del pintor y las de sus, también supuestos, descendientes.
Una insolación mortal

Silvano Vinceti detalla, además, otros indicios que le llevan al convencimiento de que los restos encontrados pertenecieron al maestro del tenebrismo. “Caravaggio murió a los 39 años”, explica el experto, “y estos huesos pertenecen a un varón de una edad entre 35 y 40”. Además, corresponden a un hombre de más de 1,70 m de estatura, como el artista. “Por todo esto, puedo afirmar que estamos convencidos en un 85 por ciento de que estos son los restos mortales de Caravaggio”, afirma orgullo el profesor Vinceti.

¿Pero cuál fue la causa de su muerte? Durante siglos se ha especulado con que el pintor fue asesinado por culpa de algún ajuste de cuentas. Ahora, Vinceti tira por tierra esa tesis. “No hay evidencias en estos restos de una muerte violenta”, afirma el experto.

“Sabemos que el pintor padecía sífilis y saturnismo”, prosigue el investigador, “y la carta del gobernador español al Rey comunicando su muerte relata que al poco de llegar a Porto Ercole, Caravaggio empezó a sentir fuertes mareos y una fiebre que le postraron en la cama hasta que falleció”. Según Vinceti, el artista pudo ser víctima de una fortísima insolación durante su travesía en barca que, dado su frágil estado de salud, quizá fuera el golpe de gracia que acabó con su vida.

Cierto o no, la realidad es que la fascinación por el pintor del chiaroscuro, de turbulenta vida (tahúr, pendenciero), no decae. Así lo prueba la publicación de un libro de Graham Dixon que revela otra turbia faceta de su personalidad: fue un proxeneta, aunque los huesos hallados en Porto Ercole no podrán confirmar eso, ni desmentirlo.

La cámara de los horrores. El espeleólogo Antonio Moretti, miembro del equipo de investigadores, fue el encargado de extraer centenares de huesos del osario del cementerio de San Sebastiano.

David y Goliat. Uno de los lienzos más conocidos del artista, quien tuvo la ocurrencia de usar la cabeza del gigante bíblico para pintar su autorretrato.

Los restos del artista. Un fémur, un pedazo de dentadura, un trozo de cráneo y un par de piezas más son lo poco que se conserva del pintor.

Para encontrar esos restos (que se ven en la foto de la derecha), hubo que analizar centenares de huesos con las pruebas del carbono 14 y tests de ADN.

El entierro de Cristo. Es uno de los geniales lienzos que pueden contemplarse en la exposición organizada con motivo de la conmemoración de los cuatrocientos años de la muerte del pintor.

Un puzle óseo. El objetivo final de la investigación es tratar de reconstruir el rostro de Caravaggio a partir de los escasos restos hallados. Para hacerlo, solo cuentan con un pedazo de cráneo y otro de mandíbula. Con estos elementos, el antropólogo forense Giorgio Gruppioni tratará de conseguirlo. El especialista ya trabajó con el profesor Vinceti en otros proyectos similares, y llegó incluso a reconstruir el rostro completo del poeta Dante Alighieri. En otros casos, como el de Petrarca, fracasaron. Y la investigación que realizaron sobre los restos del poeta Giacomo Leopardi también resultó un fiasco, debido a que sus descendientes no quisieron colaborar.

Reconstruyendo un rostro. Uno de sus mayores éxitos fue recomponer el cráneo del humanista Giovanni Pico della Mirandola.

Una fecha polémica. Esta es la inscripción del Liber Mortuorum que el profesor Vinceti considera que revela la auténtica fecha de la muerte del pintor. El documento dice que falleció en 1609. Eso se debe a que en Toscana aún estaba vigente el calendario de Siena, mientras que, según el calendario romano –usado en el resto de la Península Italiana– ya era 1610.