El nombre deriva de la región italiana de Campania, donde comenzó a utilizarse en el siglo VI para convocar a los actos litúrgicos.

Con anterioridad tuvo otros muchos usos, aunque el origen exacto se desconoce. Ya aparece como adorno en vestiduras sacerdotales hebreas del año 1500 a. C.

En Egipto servía para avisar de la venta de pescado, y los romanos la hacían sonar para casi todo: anunciar la hora de los baños, la llegada de un eclipse, el paso de los criminales hacia el patíbulo y, repicando, el momento en el que los oráculos resolvían algún enigma.

Redacción QUO