1. Una noche una mujer no fue a dormir a su casa. Al día siguiente le dijo a su esposo que había dormido en casa de su amiga.
El marido llamó a las 10 mejores amigas de su mujer, pero ninguna sabía nada del asunto. Poco después ese mismo marido dijo que había pasado la noche en casa de un amigo. Su mujer llamó a los 10 mejores amigos de su esposo.Ocho de ellos confirmaron que había dormido en su casa y dos… insistieron en que todavía estaba allí.

2. Dos amigos se encuentran en un bar:
– Oye, antes siempre ibas con Pedro y hace tiempo que no os veo juntos ¿qué ha pasado?
– ¿Tú irías con un amigo que te ha estafado 4 millones, te ha robado el coche, se ha tirado a tu mujer y a violado a tu hija?
– Claro que no.
Ya ves, Pedro tampoco

3. Perdona, ¿tienes veinte euros?
Estas perdonado, tío.

4. Carlos y Jorge eran amigos desde el colegio. Una noche, ambos murieron en un horrible accidente de coche.
Cuando Carlos se despertó en el cielo, se puso a buscar a Jorge, pero no lo encontró por ningún lado. Preocupado, fue a ver San Pedro y le contó su problema.
“Lo siento, hijo”, dijo San Pedro, “pero es que Jorge no subió al cielo. Aunque, si quieres verlo por última vez, puedo enseñártelo”. San Pedro apartó las nubes y Carlos vio a Jorge en el inferno, con una jarra de cerveza en una mano y una rubia explosiva sentada en sus rodillas.
“Un momento”, exclamó Carlos mirando a San Pedro, “¿Está usted seguro de que yo estoy donde debía?”
“Hijo mío”, contestó San Pedro, “no deberías fiarte de las apariencias. ¿Ves esa jarra de cerveza? Pues tiene un agujero. ¿Y ves a la chica? Pues no lo tiene”.

5. Hola, Alberto. Te llamo por la cortadora de césped.
Oye, pues que bien se escucha!

6. Un hombre decidió marcharse a las cruzadas. Pero, antes de irse, le puso un cinturón de castidad a su mujer y le entregó la llave a su mejor amigo con el siguiente ruego: “si no he regrasado dentro de cuatro años, quítale el cinturón a mi mujer y deja que viva una vida normal” .
Dicho esto, montó en su caballo y partió. Media hora más tarde se dio cuenta de que una nube de polvo le seguía desde lejos. Se paró a esperar y, al rato, vio llegar a su mejor amigo.
“¿Qué ha pasado?” le preguntó.
“¡Que me has dado la llave que no era!”.

7. El profesor de Jaimito estaba dando las notas del examen: Juanito, un 10, Carlitos, un 8, Pedrito, un 6 y Jaimito, un 0. “¿Por qué tengo un 0?» preguntó Jaimito.“Pues porque te copiaste de Pedrito. En las cuatro últimas preguntas él contestó no sé y tú contestaste yo tampoco”.

8. Dos amigos estaban buscando oro en el desierto. Tras una dura jornada, montaron su tienda de campaña y se echaron a dormir. Al cabo de unas horas, Juan despertó a Pedro.
“Pedro, mira al cielo y dime lo que ves”
Pedro miró hacia arriba y contestó: «Veo miles de estrellas»
«¿Y qué deduces de eso?» preguntó Juan.
Juan reflexionó un minuto y contestó: “Desde el punto de vista astronómico, deduzco que hay millones de galaxias y probablemente billones de planetas. Desde el punto de vista astrológico, que Saturno se encuentra en Leo. En cuanto a la hora, calculo que deben de ser las tres y cuarto. Desde una perspectiva teológica, está claro que Dios es todo poderoso y nosotros somos insignificantes y, en cuanto a la meteorología, creo que mañana tendremos buen tiempo. Y tú ¿qué deduces?”
“Deduzco que eres idiota. Llevas un rato hablando y todavía no te has dado cuenta de que nos han robado la tienda”.

9.. – No sé qué me pasa, que me gustan todas las mujeres menos la mía.
No te preocupes, a mí me pasa lo mismo. Me gustan todas las mujeres menos la tuya.

10. Van dos amigos a un bar y, con el vino, les ponen una tapa de jamón.
Cuando sólo quedan dos trozos, uno grande y uno pequeño, uno de ellos coge el más grande. El otro le dice:
“¿Tú no sabes que por respeto el que elige primero debe coger el más pequeño?”
El otro le contesta:
“A ver, ¿Tu cuál hubieras cogido?”
“El más pequeño,” contesta.
“¡Pues ahí lo tienes!”

11. Tres amigos están jugando a las cartas, cuando uno cuenta que, antes de dar a luz, su mujer estaba leyendo Blancanieves y los 7 enanitos y tuvo 7 niños y 1 una niña.
“La mía”, dijo otro, “estaba leyendo Peter Pan y tuvo un niño”.
“¡Caray!”, exclamó el tercero, “al hospital, rápido, mi esposa está leyendo los 101 dálmatas”.

12. Dos amigos adolescentes estaban pescando cuando, de pronto, un guarda apareció entre los arbustos. Inmediatamente, uno de los chicos soltó la caña y salió corriendo hacia el bosque. El guarda lo siguió y, al cabo de un buen rato, consiguió darle alcance.
“A ver, tu licencia”, pidió casi sin aliento. El chico sacó su cartera y le enseñó una licencia en regla.
“Pero ¿estás loco?”, dijo el guarda, “si tienes una licencia en regla no tienes por qué salir huyendo”:
“Cierto, señor”, contestó el chico, “pero el que no tenía licencia era mi amigo”.

13. Seis amigos, tres ingenieros y tres economistas, se fueron juntos de viaje. En la estación de tren, los economistas se dieron cuenta de que los otros tres habían comprado un único billete. Cuando les preguntaron la razón, éstos sólo contestaron: “ya veréis” y, nada más subir al tren, se metieron los tres en un servicio. Cuando el revisor tocó la puerta del baño a la voz de “el billete, por favor”, ésta se entreabrió, y una mano asomó por la abertura con un billete extendido. El revisor lo validó y se marchó.
En el siguiente tren, los economistas decidieron apuntarse al truco, pero observaron que sus tres amigos no compraban ningún billete esta vez. “Ya veréis”, dijeron.
Al subir al tren, los economistas entraron en un baño y los ingenieros en otro. Poco después de que el tren iniciara la marcha, uno de los ingenieros salió de su escondite y se dirigió al otro baño. Tocó la puerta y dijo en voz alta: “El billete, por favor”.

Pilar Gil Villar