A parte de lo obvio (no sufrir vértigo), un limpiacristales profesional no debería tener presión alta, epilepsia, diabetes o problemas de equilibrio, ni pesar más de 100 kilos.

A estas restricciones, el Instituto Técnico Español de Limpiezas (ITEL) agrega que su al­tura debería ser superior a la me­dia, ya que por cada 10 cm de más, la productividad se incrementa un 35%; y no le deberían afectar las diferencias térmicas (temperaturas extremas).

El ITEL imparte cursos presenciales y a distancia, que no son obligatorios, pero sí muy recomendables.

Redacción QUO