Medir la tensión es ahora una de las prácticas médicas más comunes e inocuas, pero empezó siendo una técnica de alto riesgo.

Stephen Hales inventó en 1727 un método para determinar la presión sanguínea que consistía en medir el nivel que alcanzaba la sangre en un tubo de cristal, que a su vez estaba conectado a una arteria.

Menos peligroso fue el modelo que hemos conocido hasta hace poco (derecha), y que inventó Scipione Riva-Rocci en 1896.

Redacción QUO