Todos nos hemos sentido avergonzados en más de una ocasión. Y no es una sensación agradable. Ahora, un estudio realizado por el University of Montreal and UC Santa Barbara’s Center for Evolutionary Psychology propone una interesante hipótesis para explicar el origen de este sentimiento.

Los investigadores proponen que la vergüenza podría ser una herramienta evolutiva que surgió en el pasado, en tiempos en los que no existían instituciones como la judicatura, la policía… En ese contexto (explican los autores) realizar una acción como robar comida, tenía un coste social. Quien la cometía sufría el rechazo y el desprecio del resto de los miembros del clan, y podría ser desterrado o aislado, lo que significaba que sus posibilidades de sobrevivir disminuían.

Por ese motivo (y siempre según esta tesis), anticipar ese sentimiento de vergüenza, podía evitar que esa persona cometiese una acción perjudicial para el grupo o, si ya la había realizado, podía intentar reparar el daño causado. Partiendo de esta hipótesis, los investigadores realizaron experimentos con miembros de catorce tribus o pequeñas comunidades de cuatro continentes distintos.

Y lo que descubrieron fue que, en todas ellas, la posibilidad de sentirse avergonzados por su mal comportamiento, era un sentimiento que empujaba a sus miembros a comportarse bien y a realizar acciones que les permitieran ser valorados positivamente por el resto del grupo. Es decir, el poder de la vergüenza parece ser universal.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López