El estudio genético de los restos humanos procedentes del pasado, sirve para despejar muchos enigmas. Pero, en ocasiones, también abre otros nuevos. Eso es precisamente lo que ha ocurrido con los análisis realizados por un equipo del Max Planck Institute for the Science of Human History, a un grupo de ocho esqueletos, cuya antigüedad fue fechada en torno al año 400 de nuestra era.
Los restos humanos aparecieron en una misma tumba en Alemania en el año 1962. Todos ellos fueron guerreros de una tribu germánica. Y los análisis genéticos que se acaban de realizar han revelado que cinco de ellos estaban emparentados, pero los otros tres no. De hecho, dos de ellos proceden de regiones mediterráneas.
Los autores del estudio creen que esos tres esqueletos pueden pertenecer a personas ajenas de la tribu, que fueron raptadas cuando eran niños durante alguna incursión bélica, y educados para convertirse en guerreros. Algo que, según los investigadores, era una práctica habitual entre algunas tribus germánicas.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López
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