Los músculos amortiguan mejor el impacto, y eso implica que el riesgo de lesionarse sea menor. Además, hay estudios que indican que esta mejora en la amortiguación provoca que los corredores, cuando se acostumbran a la superficie, también tengan menos agujetas que cuando hacen el ejercicio sobre asfalto. Entrenar en arena podría incluso ser más saludable que hacerlo sobre hierba. Pero, sobre todo, es diferente. El movimiento de la arena bajo los pies hace que se pierda impulso y que se ejerciten más otros músculos del cuerpo, especialmente si se corre descalzo, una modalidad que ejercita músculos específicos.

Redacción QUO