La polémica está servida en Hollywood con el cambio que pretende darle la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos de cara a la entrega de los Óscar en su edición número 91. La principal y más llamativa es que de las actuales 24 categorías que existen, se pasará a 25, con la nominación de los films más populares del año. Pero no se queda ahí la cosa, también ser reducirá la duración de la entrega, la cual se alarga cada año a lo largo de 3 horas.

¿Cómo lo harán? Televisando en directo solo aquellas categorías más importantes y que más atraen al espectador. Solo hay que echar la mirada a la última edición para darse cuenta de que algo no funciona: con 26 millones y medio de telespectadores, la gala tocó fondo al coronarse como la menos vista de la historia desde que se emite por televisión. Por ello, la Academia espera conseguir volver a atraer la atención de todos aquellos que se descolgaron, pero que siguen creyendo que esta fiesta del cine tiene una segunda oportunidad.

[image id=»97846″ data-caption=»Viola Davis en 2017. Credit: GettyImages» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Este nuevo formato no implica que se separen ciertas categorías de la gala principal, sino que sus premios se entregarán en momentos en los que la emisión por televisión no es en directo. Es decir, durante los anuncios. Así, de esta manera, la fiesta continuará en el Teatro Dolby, mientras nosotros estamos en un descanso para la publicidad, lo que hará que sea más ágil y no aburra tanto a la audiencia. Posteriormente, estas entregas se emitirán editadas tras la emisión en directo para todo aquel que no esté dispuesto a perderse ningún detalle.

Y la pregunta es: ¿cuáles serán las categorías elegidas? Por el momento, la Academia ha lanzado la bomba (creemos que para ver la reacción entre la gente), y no se ha mojado al decir cuáles tienen previsto aparcar en los parones publicitarios. Esta decisión está tomada por los altos cargos de la Academia, así que nadie puede rechistar, lo que denota la preocupación que existe entre ellos sobre el funcionamiento de las últimas galas emitidas en televisión.

¿Una categoría a la película más popular?

Resulta extraño que la Academia haya tenido que sacarse de la manga esta nueva categoría, cuando habitualmente, las películas nominadas están entre las más populares del cine. Quizá quieren dar espacio a aquellas películas que han tenido un apoyo y éxito brutal en taquilla pero que no han conseguido su sitio en los Óscar. ¿No os ocurre que hay ciertas películas que se quedan en el olvido de estos festivales, si no se estrenan justo en la época en la que tiene lugar la ceremonia?

Las quejas no se han hecho esperar: hay voces que critican que una gala como esta se convierta más bien en una fiesta de los People’s Choice Awards o de la MTV Movie & TV Awards, perdiendo así toda su esencia. Y otras apuntan que si las películas que aparezcan en esta sección coinciden con las propias nominadas, quizá no merezca la pena hacer esta categoría. Veremos en qué queda la cosa… de momento, se ha encendido la llama, a ver hasta dónde llega el incendio.

Alberto Pascual García