En mayo de 2014, dos niñas de 12 años (Anissa Weier y Morgan Geyser) retuvieron y apuñalaron a una compañera de clase en 19 ocasiones en la localidad de Waukesha, en Wisconsin (EEUU). Afortunadamente, la joven logró sobrevivir gracias a la acción de un ciclista que pasaba por la zona. Cuando fueron interrogadas, ambas relataron que se trató de un ritual con el fin de convertirse en acólitas de “Slender Man” (El Hombre Delgado), quien supuestamente les había obligado a hacerlo.

[image id=»97678″ data-caption=»Credit: FanArt / Know your meme website» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Cuando las autoridades investigaron más a fondo descubrieron que el personaje del que hablaban era un ser mitológico que se había creado en Internet en 2009, una especie de fenómeno viral que ganó fuerza y que ha inspirado videojuegos, un documental sobre este suceso (estrenado en HBO) y hasta una película de terror que llegará a los cines este verano (alejada de la historia original).

Pero, ¿quién es realmente este personaje? ¿De dónde surgió esta leyenda que se ha vuelto en una de las más virales de esta última década?

El origen del mito

Todo comenzó en un foro de Internet conocido como “Something Awful” (Algo Horrible), en el que se hizo un reto en el que se debían editar fotografías antiguas en las que pareciera haber entidades del Más Allá. Un usuario, bajo el nombre de Victor Surge (nombre real Eric Knudsen) subió dos imágenes en blanco y negro en las que aparece un grupo de niños jugando o volviendo de una excursión en el bosque. En el fondo de ambas fotografía se podía distinguir una especie de hombre alto, muy delgado, vestido de traje negro y al que no se le aprecia el rostro. Lo que hizo que se volviera viral, es que el usuario acompañó ambas fotografías con pequeños textos, como si se tratasen de historias reales y le otorgó un nombre a la entidad “The Slender Man”. Fue entonces cuando nació el mito.

En esta primera por ejemplo decía: “No queríamos ir, no queríamos matarlos, pero su persistente silencio y sus brazos extendidos nos horrorizaban y nos confortaban al mismo tiempo…” (1983, fotógrafo desconocido dado por muerto).

[image id=»97676″ data-caption=»Credti: Victor Surge (nombre real Eric Knudsen) / Something Awful» share=»true» expand=»true» size=»S»]

En la siguiente apunta ya a otra historia relacionada con un incendio, como tratando de darle un “background” mucho más espectral, de forma que atrajera aún más a los usuarios: “Una de las dos fotografías recuperadas del incendio de la Biblioteca de Stirling City. De gran importancia por haber sido tomada el mismo día en el que 14 niños desaparecieron por lo que se conoce como “El Slender Man”. Los oficiales consideran las deformidades como defectos de la cámara. El incendio en la biblioteca ocurrió una semana después. Fotografía real confiscada como evidencia” (1986, fotógrafa: Mary Thomas, desaparecida desde el 13 de junio del mismo año).

[image id=»97677″ data-caption=»Credit: Victor Surge (nombre real Eric Knudsen) / Something Awful» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Fue alrededor de estas dos imágenes que el mito creciera como la espuma, hasta el punto que los propios usuarios de Internet, a sabiendas de que se trataba de una historia ficticia creada para provocar miedo, generaban a su vez más contenido reforzándola como un relato real (incluso le añadían tentáculos que le salían de la espalda). Tal fue el éxito que se llegó a crear lo que se conoce como “enfermedad de Slender”, que auguraba un futuro lleno de desdicha a quien la contraía si acaso fijaba sus ojos en él en mitad de la noche cuando conseguía ser convocado. Desde un importante principio de paranoia, pesadillas y delirios que se acompañan con hemorragias nasales.

Es este el origen en el que se basa la nueva película que se ha grabado basándose en el personaje y que tiene pinta de convertirse en uno de los éxitos de este verano. Veremos cómo funciona en Estados Unidos, donde se estrena el 10 de agosto y cuánto tarda en conquistar (o no) la taquilla española donde se espera para el 19 de octubre.

Alberto Pascual García