Antes de regresar a su vida normal, once de los doce niños que fueron rescatados de la cueva de Tham Luang, en Tailandia, pasarán nueve días recluídos en un monasterio budista. Los pequeños, que tendrán que raparse sus cabezas y recibirán las túnicas coloradas típicas de los monjes, serán nombrados novicios.

A continuación, realizarán un retiro espiritual durante el que pasarán nueve días rezando y meditando, dando gracias por su liberación. Este tipo de retiros, al parecer son habituales en Tailandia entre personas que han vivido experiencias duras e intensas. Durante todo ese tiempo estarán acompañados por su entrenador, quien anteriormente ya había realizado algún retiro similar.

Solo uno de los niños del equipo no participará en esta experiencia, y no lo hará porque no es budista, sino cristiano.

Fuente:BBC.

Vicente Fernández López