Por si aún quedan dudas, quienes se consideran veganos rechazan el uso y consumo de productos y servicios de origen animal (siempre y cuando sea una exclusión razonable y, en la medida de lo posible, practicable). Según la Asociación Vegana Española, no se alimentan de huevos, lácteos, carne, pescado, mariscos, miel… ni de platos elaborados con estos ingredientes o que puedan llegar a contenerlos, por mínima que sea la cantidad.

También evitan prendas de piel, cuero, lana, seda o pluma o el uso de cosméticos o medicamentos que pueden haber tenido origen o contacto con animales. A pesar de que cada vez son más las personas que practican este estilo de vida, existen aspectos de su vida que desconocemos, como por ejemplo, ¿cómo aplican sus principios cuando tienen sexo? ¿Vale cualquier pareja?

En 2009, la codirectora del centro neozelandés de Estudios Humanos y Animales de la Universidad de Canterbury, Annie Potts, se aproximó al término “sexo vegano”, el cual se había mediatizado mucho en el país por un estudio que realizó sobre . Se hizo una encuesta a 157 personas que seguían este estilo de vida y los resultados apuntaban que a pesar de poder sentir atracción por personas que comían carne, no podrían llegar a tener sexo con ella, porque su cuerpo estaba “hecho de restos de animales muertos”. De hecho, sus creencias iban más allá, hasta el punto de considerar a estas personas como “cementerios de animales” o considerar que “su olor corporal era diferente por comer carne”.

¿Mejores en la cama?

En 2016, la organización PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales) lanzó un anuncio en el que sugería que los hombres que comían carne eran peores amantes en la cama y que una dieta vegana les permitía tener un mejor sexo. Pero, ¿es cierto?

Un artículo publicado en el “Telegraph” ahondaba sobre esta cuestión con la directora de PETA, Mimi Bekhechi, quien aseguraba que “el consumo de productos animales ha estado siempre ligado a obstrucciones arteriales que pueden causar un funcionamiento inadecuado del corazón y de todos sus órganos vitales. Mientras que alimentos ricos en fibra, incluyendo frutas, vegetales y cereales eliminaba esa placa de más para permitir que la sangre fluyera de forma más adecuada a las zonas donde el hombre lo necesite, mejorando su vida sexual y satisfaciendo a otras personas”. En definitiva, según Bekhechi, lo que querían transmitir con el anuncio era que los hombres con una dieta basada en carne les volvía perezosos y nada sexis, mientras que los veganos era más viriles y fogosos.

Parte de razón puede haber, de hecho, una estudio publicado por “The American Journal of Clinical Nutrition” apunta que aquellos hombres que combinan una rutina diaria de ejercicio, con una dieta rica en fruta como fresas, frutas del bosque o manzanas podían recudir el riesgo de sufrir disfunción eréctil en un 20%.

¿Alternativas ecológicas?

Ya no solo puede existir un código de conducta con tu pareja en la cama, sino que también implica seguir unas normas en el propio placer que pueda uno darse a sí mismo (siempre y cuando no se dañe al medioambiente. Por ello, cualquier elemento que se añada al juego, ya sea en pareja o en solitario, debe carecer de elementos que hayan tenido que ver con el daño a un animal. Pero esto puede derivar incluso en evitar aquellos materiales que son dañinos para el medio ambiente: como plásticos, siliconas, cueros animales, químicos…

La opción más ecológica: desde dildos de cristal metal o madera, hasta vibradores con cargador solar, prendas de cuero sintético o lubricantes veganos, entre otras posibilidades.

Obviamente, no podemos generalizar y pensar que todos los veganos se comportan de la misma forma. ¿Os habéis visto en alguna situación parecida?

Alberto Pascual García