En 1862 tuvo lugar la llamada segunda batalla de Bull Run, que enfrentó a las tropas nordistas de John Pope, y a las confederadas de Stonewall Jackson. La victoria fue para los segundos, aunque la mortandad fue enorme para ambos bandos. Se calcula que murieron alrededor de 1.700 nordistas y 1.300 confederados. Pero, además, hubo miles de heridos.

Ahora, en el sitio donde se libró la batalla se ha descubierto una fosa común que contiene dos esqueletos completos, y numerosas extremidades que fueron amputadas a los heridos en aquel combate. Los esqueletos pertenecían a soldados nordistas, ya que sus heridas de bala fueron realizadas con armas usadas por ejército confederado. Y es muy probable que los miembros amputados también.

Se calcula que en la guerra de secesión se realizaron más de 60.000 operaciones quirúrgicas en hospitales de campaña. La mayoría de ellas sin anestesia, ya que era muy escasa, y en unas lamentables condiciones higiénicas que hicieron que muchos heridos fallecieran por infecciones contraídas durante las intervenciones.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López