El gobierno español finalmente ha autorizado a que desembarquen en un puerto nacional (probablemente en el de Valencia o en el de Palma de Mallorca) los 629 inmigrantes subsaharianos rescatados en el mar Mediterráneo por un buque llamado Aquarius. Pero no es la primera vez que esta nave realiza una proeza similar.

El barco, construido en astilleros alemanes, fue botado en 1977 con el nombre de Meerkatze, formando parte de la guardia costera del país germano. Una tarea que cumplió hasta el año 2009, en el que fue vendido a la compañía Research Shipping que, ahora con bandera gibraltareña, lo reconvirtió en barco para investigaciones marinas.

En 2012 cambió nuevamente de dueños, y en esta ocasión fue a parar a manos de dos ONGs, SOS Mediterráneo y Médicos sin fronteras, que lo comenzaron a utilizar para rescatar emigrantes en el Mediterráneo. El buque se convirtió en noticia por primera vez en 2016, en la que era su décima operación de rescate, al salvar a casi cuatrocientos emigrantes africanos,. Entre ellos un niño recién nacido que fue bautizado con el nombre de Alex, en honor al capitán de la nave, el bielorruso Alexander Moroz.

La tripulación del barco es de diversas naciones (rusos, griegos…), la mayoría de ellos marinos de profesión, que dedican varias semanas al año a trabajar también como cooperantes.

Vicente Fernández López