Los primeros modelos de robots sexuales ya son una realidad y es probable que en un futuro cercano estén aún más presente en nuestro mundo. Pero, ¿eso será bueno o malo? Numerosas voces han proclamado que los sexbots pueden llegar a ser muy beneficiosos para las personas y la sociedad en general. Se ha dicho de ellos que pueden ser la herramienta idónea para combatir la soledad, y que podrían ayudar a acabar con el tráfico de mujeres con fines sexuales.

Pero un nuevo estudio realizado por investigadores de la St George’s University Hospitals NHS Foundation Trust y del Women’s Health Academic Centre, King’s College London, echa esas expectativas por tierra. Los autores del informe explican que, lejos de ser una herramienta útil contra la soledad, estos androides podrían contribuir a acrecentarla. ¿Por qué? Según los investigadores para satisfacer las necesidades íntimas de una persona se necesita un compañero o compañera que sea activo. Y así, mientras un ser humano podría sentir genuino deseo y cariño por un robot, lo único que recibiría de él sería una mera imitación de algo parecido a los sentimientos.

Los investigadores creen que también hay una visión demasiado optimista sobre la posibilidad de que estos robots pudieran llegar a contribuir a acabar con la trata de blancas o con los crímenes sexuales contra mujeres y niños. Dicen que no hay ninguna evidencia que permita pensar que la aparición de estas máquinas vaya a sustituir a la prostitución tradicional o a frenar tan terribles delitos.

Fuente: Telegraph.

Vicente Fernández López