Eres feliz yéndote a dormir a las 9:00 p.m. pero tu pareja se queda despierta hasta las 2:00 a.m. ¿Te suena? Cada uno tenemos hábitos diferentes pero, ¿cómo afectan a las relaciones de pareja? ¿Y al sexo? ¿Cómo encontrar el mejor momento para tener relaciones sexuales cuando nuestros horarios y hábitos nocturnos no coinciden?

Desde el descubrimiento de que los humanos estamos genéticamente predispuestos a ser «alondras matutinas” o «búhos nocturnos», muchos son los estudios científicos que han puesto de manifiesto la importancia de sincronizar nuestra rutina diaria con la de nuestra pareja si queremos disfrutar de una vida personal (y sexual) satisfactoria. ¿Qué ocurre cuando no lo conseguimos? Según un nuevo estudio de la Universidad de Varsovia, este desajuste horario podría afectar seriamente a nuestra relación.

Un equipo de investigadores polacos planteó la hipótesis de que las parejas con cronotipos coincidentes (en los seres humanos hay 3: matutino o madrugador, vespertino o trasnochador, e intermedio) tendrán una vida sexual más satisfactoria porque pueden practicar sexo en las horas del día en que tienen más energía y están más receptivos a ello. Y como consecuencia, «las actividades realizadas durante las horas óptimas del día se realizan de forma más eficiente”, aseguran los expertos.

Para poner a prueba estas ideas, el equipo de investigación realizó encuestas individuales a 91 parejas heterosexuales, de entre 18 y 38 años, que llevaban juntas entre los 6 meses y los 16 años. Cerca del 80 por ciento de las parejas no tenía hijos.

Los resultados mostraron que, mientras que los hombres prefieren practicar sexo durante la mañana (6:00 a 9:00 a.m.) si son “alondras” y en la tarde (9:00 p.m. a medianoche) si son “búhos”, las participantes femeninas de ambos tipos prefieren los encuentros nocturnos. Los datos también mostraron que el momento de la actividad sexual de la pareja correspondía al momento preferido indicado por la mujer, y no al del hombre.

Al analizar todos los resultados extraídos en su conjunto, los autores confirmaron que las mayores diferencias a la hora de elegir el momento ideal para tener relaciones sexuales se relacionan con menores niveles de satisfacción sexual.

Sin embargo, a diferencia de estudios anteriores, los autores no hallaron evidencias de que las discrepancias a la hora de elegir el momento perfecto para practicar sexo afectaran directamente a la cantidad total de relaciones sexuales de la pareja.

«Por lo tanto, parece que la falta de coherencia en el tiempo preferido para el sexo puede influir en la calidad, en lugar de la cantidad, de las interacciones sexuales», señalaron.

En el futuro, el equipo espera estudiar a las parejas con y sin hijos por separado, para analizar las diferencias en cuanto al sexo (y también al sueño…).

Fuente: IFL Science.

Belén Robles González