El monstruo del lago Ness es, junto con el Yeti y el Bigfoot, la gran superestrella dentro del mundo de la criptozoología. Nunca se ha encontrado la menor prueba de su existencia, lo que no ha impedido que miles de personas sigan creyendo en ella. Pero, ahora, una investigación coordinada por Neil Gemmel, investigador de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, pretende disipar de una vez cualquier posible duda sobre la no existencia de una criatura mitológica en las aguas del lago escocés. Pero, ¿cómo van a lograrlo?

Usando el llamado eDNA o ADN ambiental. Esta técnica consiste en tomar abundantes muestras de un ambiente determinado (en este caso de las aguas del lago Ness), y analizar todos los restos genéticos que contienen para averiguar que especies viven en él. Es decir, si existiera una criatura misteriosa, tendría que haber algún resto genético suyo en el agua, procedente de heces, trozos de piel, pelos…

Por supuesto, los investigadores no esperan descubrir ningún monstruo. Pero sí realizar con esta técnica el censo más completo y fiable de todas las especies que viven en este lago. Pero, ¿realmente acabará este estudio con la leyenda? Lo dudamos mucho. La técnica del eDNA solo permite identificar aquellas muestras genéticas que coinciden con las de especies clasificadas. Por eso, quienes creen con fe ciega en la existencia del monstruo, siempre podrán escudarse en el pretexto de que su ADN no ha sido identificado, porque dicha especie no está oficialmente catalogada.

Fuente: ScienceAlert.

Vicente Fernández López